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Igor Barcia
Bilbao
Sábado, 1 de julio 2023, 19:21
Adam y Simon Yates, gemelos de Bury, han crecido juntos en la vida y en el ciclismo hasta que hace dos temporadas separaron sus caminos. Hasta entonces era imposible reconocerlos. Ahora se sabe que Adam luce el maillot de UAE y que guarda las espaldas ... de Tadej Pogacar, y que Simon se mantiene en la estructura de GreenEgde bajo el patrocinio de Jayco. Cada uno por su lado hasta que el Tour ha querido volver a unir sus caminos. Siempre juntos. Era un día tan especial que Bilbao ha querido repartir su maillot amarillo entre dos gemelos a los que de pequeños les tiraba más el fútbol que la bicicleta.
Tras el zafarrancho de Pike Bidea, donde Pocagar y Vingegaard se han topado frente afrente por primera vez en este Tour que promete emociones, Adam ha visto su oportunidad en la carretera que lleva de Artxanda a Enekuri. Parón en el grupo, negativa de Vingegaard a dar relevo a Pogacar porque su equipo prefería jugar la baza de Wout Van Aert y, de repente, los dos hermanos se reencuentran en la cabeza. «He preguntado por radio a ver si podía seguir o me quedaba con Pogacar», ha reconocido Adam cuando se ha visto con unos metros de renta.
Con el permiso de Matxin, el director del UAE, los hermanos han unido fuerzas en esos kilómetros finales, como tantas veces han hecho entrenando o compitiendo juntos. Se han encontrado como en casa. De Bury a Bilbao, ciudades con pasado industrial y pasión por el fútbol –Bury forma parte del Gran Manchester–. Espoleados por una renta inesperada, los gemelos han abordado el último kilómetro emparejados. Jumbo, con Keldermann y Kuss trabajando para Van Aert, no ha sido capaz de reducir distancias y en el ascenso a la meta por las curvas del Gas, en pleno duelo fraticida, Simon ha explotado. Dos, tres metros para dejar campo abierto a su hermano. Era el momento de que Adam volara hacia su primer triunfo de etapa en el Tour y conquistar un maillot amarillo que UAE buscaba con otro corredor. Pero la recompensa es la misma.
Tadej Pogacar, tercero y con bonificación en meta, ha celebrado la victoria de Adam como si fuera suya. No era para menos. Es cierto que el Tour prácticamente está en rodaje, pero el primer gol ha sido del equipo de Matxin como contundente respuesta al trabajo del Jumbo. Porque si había expectación por conocer las actitudes de los favoritos, ha quedado claro que la formación de Jonas Vingegaard, defensor del número uno, iba a jugar fuerte en la quebrada etapa de Bizkaia.
Desde que Pogacar se cayó en la Lieja el 23 de abril y se fracturó el escafoides, sólo ha competido dos días, la pasada semana en los campeonatos de Eslovenia. Y aunque es un portento que necesita muy poco para desplegar su talento, Jumbo ha decidido medirle en este inicio de Tour tan complicado. Siempre vigilantes en cabeza, sin dejar tiempo para que Lilian Calmejane (Intermarche), Simon Guglielmi (Arkea), Pascal Eenkhoorn (Lotto), Jonas Gregaard (Uno X) y Valentin Ferron (Total Energies), los primeros aventureros del día, tuvieran su protagonismo.
El encadenado de Morga, Vivero y Pike ha resultado tan espectacular como la marea humana que ha inundado todo el recorrido y que ha recordado a aquellas míticas etapas en Pirineos con miles de seguidores vascos jalenado a los suyos- -el Euskaltel- y a sus rivales. Porque así entienden la afición al ciclismo. Esos 40 kilómetros finales han desatado los juegos tácticos donde Jumbo ha puesto precio en Morga y el Vivero con Dylan van Baarle, donde UAE ha respondido con el danés Bjerg y donde Richard Carapaz y Enric Mas han dicho adiós a sus aspiraciones tras una caída rumbo a Lezama. El ecuatoriano ha llegado a duras penas a la meta, a más de un cuarto de hora, mientras que a Mas, de nuevo, el Tour ha sacudido un duro golpe con una retirada el primer día.
Quedaba el muro de Pike para medir fuerzas y esos dos kilómetros han dicho mucho más de lo que se esperaba. Por un lado, que Pogacar y Vingegaard son los más fuertes se midan donde se midan. De hecho, solo un sorprendente Victor Lafay ha sido capaz de acompañarles, mientras el resto de corredores penaban al 15% de desnivel. Por otro, que Pike era demasiado exigente para los todoterrenos como Van der Poel, Alaphilippe y Van Aert, incapaces de seguir el ritmo de los líderes que bailaban sobre la bicicleta. Van Aert ha sido el único capaz de entrar después en el grupo perseguidor de los hermanos Yates, pero ha llegado demasiado fatigado al kilómetro final como para tener opciones reales.
Las primeras diferencias ya están sobre la mesa. Y claro que no son decisivas, pero sí reveladoras y dan buenas noticias respecto a Mikel Landa y Carlos Rodríguez, los dos españoles presentes en el primer grupo. El de Murgia ha dejado resueltas las dudas del Dauphine pasando por detrás de Pogacar y Vingegaard en Pike, una cuesta demasiado explosiva para él, y entrando junto a ellos a 12 segundos del vencedor. Rodríguez ha llegado al Tour a aprender, y de momento ha sacado buena nota en un inicio tan espectacular como explosivo.
Los perdedores del día se han dejado 33 segundos (21 respecto a los grandes favoritos) y han sido Egan Bernal, Bardet, Pidcock, O'Connor, Gall y un Pello Bilbao que ha sufrido un pinchazo en el Vivero y ha ido a contrapié todo el final de etapa.
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