J. GÓMEZ PEÑA
BAGNERES DE LUCHON.
Miércoles, 25 de julio 2018, 00:10
Treinta kilómetros después de la salida desde Carcasona, el Tour se echó a llorar. Tres docenas de agricultores cortaron la carretera con el arma que tienen: balas de paja. «Para que sobreviva Ariege», clamaban. Su región. Por eso pararon la carrera, para que a través ... del Tour les escucharan. La policía optó por abusar. Desenfundó sus lanzadores de gas pimienta. Eso disipó la protesta. Pero la nube tóxica alcanzó al pelotón, que esperaba pie a tierra. Picor de garganta. Ojos rojos. Escozor. Thomas, el líder, se frotaba la cara. Landa, lo mismo. «Me ha afectado de lleno. Ha sido muy desagradable», contó el alavés. Aunque le sacó una lectura positiva: «Al menos por un rato nos hemos ayudado los unos a los otros. A mí me ha echado colirio en los ojos un mecánico del Lotto». Las imágenes de la actuación policial contra los agricultores recorrieron el mundo. «Hay que respetar a los ciclistas», replicó Christian Prudhomme, patrón del Tour. «Dejemos la carretera libre. Bastantes riesgos corren los ciclistas ya», criticó el director de este Tour que lloró por culpa del gas. Fotografía triste.
Publicidad
A 65 kilómetros de la meta de Bagneres de Luchon, el Tour se puso a gritar. Era el descenso del col de Aspet. Un mal recuerdo sacudió la carrera. Allí se mató Fabio Casartelli en 1995. Queda aquí el eco eterno de ese grito. Esta vez era Gilbert el que venía en fuga. El riesgo implica eso. Perdió tracción en un giro a la izquierda y clavó la bicicleta en un murete. Voló. Desapareció. El Tour se echó las manos a la cabeza. Y respiró cuando vio cómo un motorista de Mavic le ayudaba a trepar desde el barranco. El belga levantó el pulgar. Intacto, salvo un par de raspaduras. Suspiro.
A 45 kilómetros del final, en el col de Menté, el Tour se puso a esperar. En esas paredes permanece también el grito desesperado de Luis Ocaña en 1971, tirado en el barro y roto cuando era el líder y el único que se atrevía contra Eddy Merckx. Ciclistas como el conquense plantaron la semilla. Era de los que no pactaban con nadie. No le habría gustado este último paso del Tour por Menté. Mientras la fuga de Alaphilippe -que iba a ganar la etapa-, Yates, los hermanos Izagirre, Soler, Amador, Mollema, Gesink y Latour avanzaba sin oposición hacia Bagneres, el pelotón se limitaba a seguir a Castroviejo, fiel a Thomas y Froome. Es como si el Sky, su poder, tuviera hipnotizados a los rivales. Los Pirineos estaban vestidos para las grandes ocasiones, llenos de público. Pero en Menté faltaron ciclistas como Ocaña. La locura suele ser una virtud en este deporte. Descanse en paz aquel castellano que mordía el bozal.
Cuando la primera etapa pirenaica subía el último puerto, el Portillón, se puso a temblar. Los ciclistas regresaron al Tour. En la fuga, Yates le rompió el paso a todos los demás. La escapada quedó desguazada. Yates coronó y se tiró cuesta abajo. Dos horas antes había caído una tormenta. La vieja y revirada carretera del Portillón, muga entre Francia y España, tenía sombras aún húmedas. Alaphilippe, que está a la altura de su maillot de la montaña, cruzó la cima a 18 segundos. Es puro nervio. Gesticula como Voeckler y como él iba a vencer en Bagneres. Pero no como creía. A Yates le patinó la rueda delantera. Temblaba el Tour. Sus opciones se partieron como un espejo. Alaphilippe le rebasó. Le sacó de escena. El francés, más muecas, entró feliz en la meta de Bagneres. Su segundo triunfo. El Tour se puso a aplaudir. A quince segundos apareció Gorka Izagirre, segundo, como su hermano Ion en dos etapas anteriores. «Esto es así. No hay que darle más vueltas», zanjó el guipuzcoano. Inmutable.
Diez minutos más atrás el Tour se puso alerta. Landa lo despertó en el último kilómetro de la subida al Portillón. En los planes del Movistar no figuraba una arrancada así. «Pero hay que probar. Quería acelerar para ver cómo iban los demás en el descenso», dijo. «Ya tengo mejores sensaciones», avisó. Eso le anima las piernas. En los Pirineos están muchos de sus mejores recuerdos ciclistas. No puede irse de esta edición sin intentarlo. Poco a poco va construyéndose el retrato de un gran escalador. Nota el magnetismo de la montaña. No puede contenerse. Tras un primer zarpazo de Fuglsang, fue Landa el que activó la etapa. Froome salió a por él. Dumoulin y Thomas les siguieron. Y con ellos, Bardet y Roglic. Estaban todos, salvo Quintana, que cedía unos metros.
Publicidad
A diez kilómetros del final, el Tour impuso la calma. Landa se giró. Vio que faltaba Quintana. Se apartó. El equipo de Thomas y Froome retomó el mando. Kwiatokwski levantó la mano. Stop. «El Sky ha corrido bien. Son muy fuertes», concedió Landa. Todos los aspirantes al podio en París el domingo llegaron de la mano a Bagneres, un lugar cargado de memoria y rodeado de montañas que hablan la lengua de Bahamontes, de Gaul, de Fuente... Y de Ocaña, que, arruinado y enfermo, se mató en 1994, cuando Landa tenía cinco años y ni pensaba en el ciclismo.
Ocaña ganó el Tour de 1973, pero se le recuerda más porque dos años antes, camino de Orcieres-Merlette, se atrevió contra Merckx. Alcanzó aquella meta alpina con nueve minutos de ventaja y dejó al 'Caníbal' malherido. Luego vinieron la caída y el grito de Menté, el puerto que ha visto pasar al trantán esta edición. Sólo Landa probó al Sky. Y lo intentará de nuevo en la etapa que viene, la de 65 kilómetros, la que partirá con los corredores distribuidos según su clasificación en una parrilla similar a las de carreras de motos y la que subirá tres puertos. «Puede parecer una etapa corta, pero va a ser muy larga», promete Landa. Si puede, tratará de que todo arda. Como haría el pirómano Ocaña. Y si luego pasa como con Merckx, que gane el Sky.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.