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Iñaki Izquierdo
Miércoles, 12 de julio 2023, 19:09
Clermont-Ferrand es un zoco. El Tour ha pasado cuatro días en la ciudad, desde que llegó el domingo al Puy de Dôme e instaló su cuartel general. Este jueves levantará el campamento rumbo a los Vosgos. Ha sido un ir y venir de representantes ... por los hoteles de los equipos. Se cierran tratos, se ofrecen ciclistas y se negocian porcentajes. El Tour es una carrera ciclista y un bazar. Este miércoles, con una etapa anodina que solamente sirvió para engordar la cuenta de Jasper Philipsen, solo se hablaba de fichajes.
Todo este ruido, a Carlos Rodríguez (Ineos), hombre tranquilo, no le altera. Es la figura del mercado, pero su fichaje por dos temporadas con el Movistar es cosa hecha hace semanas. Es la operación estrella porque el chico es el cuarto clasificado en el Tour de su debut, a los 22 años.
«En el futuro va a ser uno de los mejores de carreras de tres semanas», situó la cuestión su compañero Egan Bernal -un Tour y un Giro ganados-. Ha firmado por dos años, plazo corto para un ciclista de su edad, y demuestra que los grandes también lloran: el granadino abandona la todopoderosa estructura del Ineos para embarcarse en el Movistar, que busca patrocinador para salir del furgón de cola presupuestario del World Tour.
Rodríguez formó un trío de fantásticos juveniles, con Juan Ayuso (UAE) y el navarro Igor Arrieta (Kern Pharma), ambos de 20 años. El de Jávea tiene firmado hasta 2028 con su actual equipo. El de Uharte-Arakil estaría cerca del Lidl-Trek, aunque también habría interés del UAE -destino de Sivakov (Ineos)-. El cuarto del Tour es el principal fichaje de un Movistar que también incorporará, entre otros, a Davide Formolo (UAE), Raúl García Pierna (Kern Pharma), Rémy Cavagna (Soudal) y Pelayo Serrano (Burgos).
Carlos Rodríguez es inteligente encima de la bicicleta y fuera. No es un showman, pero sabe moverse. En su etapa de júnior en la Fundación Contador se pasó los dos años viajando, corriendo fuera. Cuando ganó el Tour de la Gironda y al subir al podio para recibir el trofeo de manos de Gilbert Duclos-Lassalle hiló unas frases en francés con las que se ganó al público. Ganaba mucho, pero lo más llamativo era la forma en que ganaba, lo que llamó la atención del Ineos. En el equipo inglés ha demostrado progresión en el profesionalismo y en Movistar, dada la filosofía del equipo, su papel será brillar en las vueltas.
El año pasado ganó una etapa en la Itzulia y el Campeonato de España y en este Tour ha pasado ya dos exámenes: las etapas de Euskadi, que resolvió bien como se esperaba, y la del Tourmalet, que fue una prueba de verdad y la sacó con nota. Le queda la más difícil: París, que está muy lejos.
En los hoteles del Tour se habla de Carlos Rodríguez y se habla de Wout van Aert, cuyo papel en el Jumbo genera un apasionado debate entre la expedición belga a la carrera. Tras la jornada de descanso, el Tour informó que había sido elegido por el 52% de los internautas como el mejor gregario de la primera semana del Tour. La elección es esperpéntica (Van Aert, ¿gregario?), pero no deja de reflejar su encaje en el equipo neerlandés en la Grande Boucle, enfocado en el objetivo de ganar en París con Vingegaard. Con contrato hasta 2026, su salida del equipo no está sobre la mesa aunque sus exhibiciones de poderío para no conseguir premio son cuestionadas en su país. Ya sea por delante (en la etapa del Tourmalet o tirando del pelotón, tantas veces) son difíciles de asimilar para muchos de sus seguidores, que se preguntan si el Jumbo es el mejor lugar para Van Aert.
En el inicio de este Tour hubo mucho ruido en torno a la presunta tensión entre Van Aert y Vingegaard, cuando el belga estalló en la meta de Donostia después de que el danés no trabajara en el último kilómetro y Victor Lafay (Cofidis) le birlase la etapa. En el equipo han tratado de enfriar los ánimos y el comportamiento de Van Aert en las etapas de montaña ha calmado las aguas, pero las dudas de si un corredor de su talla debe estar supeditado de esa manera a otro líder alimenta el debate en Bélgica.
Clermont-Ferrand ha sido un bazar y la etapa de este miércoles, un sprint, nada más que sirvió para que Jasper Philipsen se anotara su cuarta victoria en la presente edición, confirmando que es el gran dominador de las llegadas. Este jueves, el Tour sale hacia las montañas, con una jornada de media montaña antes de afrontar el Jura y los Alpes. No hay descanso.
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