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Durante años, Jonas Vingegaard no supo dominar sus nervios, la presión por contentar a los demás. Vomitaba antes de las carreras. No dormía. No confiaba en sí mismo. Trine, su pareja, tiene once años más que él. Y más aplomo. Con ella, el ciclista danés ... ha aprendido a convivir con el estrés. «Ella es lo más importante», repite el ganador de este Tour. Por eso, nada más llegar a cada meta coge el móvil y la llama. Necesita esa voz, su consejo, su calma.
En su equipo, el Jumbo, también le han enseñado a dominarse. Primoz Roglic ha ejercido de 'hermano mayor'. Los ciclistas y técnicos del equipo neerlandés son su otra familia. Entre todos han conseguido extraer de un introvertido joven danés al mejor corredor de este Tour. Es el primero que bate a Tadej Pogacar. Y lo ha hecho en el Tour más rápido de la historia, uno de los más emocionantes en décadas, con distancias de ciclismo antiguo (el decimoséptimo, Pidcock, ha perdido más de una hora) y sin españoles entre los 10 primeros.
«Quiero ganar más», anuncia Vingegaard, el danés de 25 años que ha levantado el trofeo del Tour 2022. «Perder esta vez me motiva. Ya pienso en cómo vencer el año que viene», replica Tadej Pogacar, el esloveno de 23 años que ha sido segundo en esta edición y que había vencido en las dos anteriores. Con ellos, el ciclismo tiene su mejor alimento: un gran duelo. Los sucesores de Coppi-Bartali, Anquetil-Poulidor, Merckx-Ocaña... Bilbao y Euskadi, desde donde partirá el Tour 2023, ya se frotan las manos para recibir a estos dos portentos que han convertido en inolvidable esta edición de la ronda gala. La mejor en años.
Y ese festival acabó, como casi siempre, al sprint en los Campos Elíseos y con victoria del belga Jasper Philipsen tras una última arrancada de Pogacar. Por el podio pasaron Van Aert, el maillot verde, el más combativo y el más determinante. Puro espectáculo al servicio del líder. Vingengaard recogió el premio al mejor escalador. Pogacar, el de mejor joven. Y el Ineos logró ser el mejor equipo, según el recuento de puntos, aunque quedó claro que nadie estuvo a la altura del Jumbo de Vingegaard y Van Aert. La fotografía del podio final fue para Vingegaard, Pogacar (a dos minutos y 43 segundos) y Geraint Thomas (a 7:22), tres ganadores de la ronda gala.
Entre los actos protocolarios estuvo el relevo entre Copenhague, la Gran Salida este año, y Bilbao, que lo será en 2023. Juan María Aburto, alcalde de la capital vizcaína, recogió el emblema y dos ciclistas de ultramaratón, Ziortza Villa y Julián Sanz, lo llevan ya hacia Bilbao, donde llegarán el martes tras mil kilómetros en bicicleta. Ya ha comenzado la cuenta atrás para el Tour 2023, que disputará sus tres primeras etapas en carreteras vascas.
La edición que acaba de terminar arrancó desde Dinamarca y la ha ganado un danés. La crisis del ciclismo español no anima a pensar que eso se pueda repetir en 2023. Desde 1998, desde aquella edición del 'caso Festina' en la que los equipos españoles abandonaron la carrera, no faltaba un representante entre los diez primeros. Enric Mas, lastrado por su miedo en los descensos, dio un paso atrás antes de caer por el covid. Se ha notado la ausencia de Mikel Landa, dos veces cuarto en la Grande Boucle. Y se confía en la evolución de jóvenes como Carlos Rodríguez, Juan Ayuso e Igor Arrieta. El mejor español en este Tour ha sido Luis León Sánchez, decimocuarto, con casi 39 años. Tampoco hay victorias de etapa. La última data de 2018, la de Omar Fraile en Mende.
Aquel año Vingegaard, entonces ciclista amateur en el Coloquick, conoció a Trine, directora de márketing de la empresa patrocinadora de su equipo. «Yo tenía 32 años y él parecía que tenía solo 14. Así que ni lo miré», contó en 'L'Equipe'. Jonas insistió y hoy son pareja y padres de Frida. «Tiene un corazón de oro. No pensaba en ser ciclista profesional sino en trabajar en un banco», desvela Trine. Vingegaard era el mejor en los entrenamientos pero no rendía igual en las carreras. Demasiado nervioso e inseguro. «Se despertaba de madrugada y se quedaba en la cama dándole vueltas a todo», apunta Trine. Ella le cogió por las solapas. Calma. Le estabilizó.
Y en el Jumbo han domado ese nervio. En la Itzulia de 2021 acabó segundo tras Roglic y por delante de Pogacar. En julio de ese año tuvo que coger el mando del equipo en el Tour tras la retirada de Roglic. Todos temieron que le pudiera la presión. Aguantó. En este Tour solo ha sufrido un episodio de pánico, cuando pinchó en la etapa de los adoquines y se subió a la bicicleta de un compañero mucho más alto que él. Van Aert, siempre Van Aert, le rescató. Luego, entre Roglic y Vingegaard acosaron a Pogacar en el Galibier, le dejaron sin tiempo para alimentarse y provocaron el hundimiento del esloveno en el Granon. Pogacar no se rindió. Siguió atizando. Pero Van Aert, de nuevo, le hizo doblar la rodilla antes de lanzar a Vingegaard hacia la victoria en Hautacam. Los tres, el líder danés, el genio esloveno y el coloso belga están citados en Bilbao el 1 de julio de 2023.
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