Secciones
Servicios
Destacamos
El Tour está en Suiza. A lo largo de la historia, 27 etapas han concluido en territorio helvético. Un país ciclista, el de Hugo Koblet y Ferdi Kubler. Este sábado cumplió 94 años Federico Martín Bahamontes, el decano de los ganadores del Tour. El 'Aguila ... de Toledo' se impuso en 1959. Siempre ha sido un nostálgico -«el de antes era un ciclismo más puro y más sano»- y siempre le han gustado las teorías de la conspiración. En una de sus últimas visitas a San Sebastián, hace cuatro años, explicó que los franceses conspiraban para perjudicar a los extranjeros, no solo a él, «sino también a los suizos Koblet y Kubler».
Si en vez de Van Aert (Jumbo) hubiera ganado Koblet en el repechón de Lausana, la cosa habría sido bien distinta. El suizo hubiese sacado del bolsillo trasero de su maillot el peine que siempre llevaba consigo y se habría atusado sus cabellos rubios, como hizo en la etapa Brive-Agen en 1951. Escapado, ralentizó la marcha, sacó una espoja húmeda, se limpió la cara, se peinó y cruzó la meta con los brazos en alto, impecable, como siempre.
Nadie lleva ya un peine en el maillot. Ahora se corre con casco, las gorras de ciclista son objetos de culto entre los coleccionistas. Y la etiqueta está demodé. Porque aparte de presumido, Koblet era guapo, vestía con clase, era simpático y muy educado. Era portada de las mejores revistas semana sí y semana también. Y, además, ganó el Tour de 1951, más cinco etapas. Van Aert empató a dos con Pogacar.
Belga y esloveno corren un piso por encima de los demás, cada uno a su estilo. El del Jumbo ganó con otra pincelada de su talento. Se colocó mal para el sprint, pero su poder en esta clase de finales es tal que se pudo permitir el lujo de dejar de pedalear para salvar la rueda trasera de Matthews, abrir así un hueco, reemprender la marcha y remontar al australiano y al líder, que también andaba por ahí. Todo, en 150 metros, de los que le sobraron 50. Le habría dado tiempo a peinarse.
Pogacar llegó feliz un día más. No tiene peine, porque lo suyo es dejar que un mechón de su pelo rubio asome por las rendijas del casco. Es un gesto de coquetería, pero el esloveno no es un dandi como Koblet. Tampoco un fajador como Kubler, quien ganó el Giro de 1950. Fue el primer suizo en lograrlo. Le sucedió Koblet en 1951 y hasta hoy. Pero Kubler era otra cosa, un pura sangre, un ciclista de ataques demoledores y de pájaras memorables. Murió en 2016, a los 97 años. Era el decano de los ganadores del Tour, testigo que recogió Walkowiak (vencedor en el 56). El francés murió un año más tarde y desde entonces esa condición recae en Bahamontes, que anda un poco delicado de salud últimamente.
Kubler no andaba sobrado, como Koblet, Van Aert y Pogacar. «Me convertí en un campeón porque era pobre, corría y luchaba para comer, para poder tener una vida mejor. Gané el Tour porque sabía que después de conseguirlo no volvería a ser pobre», decía. Sus pájaras también eran legendarias, como aquella de 1955 en el Mont Ventoux. Atacó como un loco desde abajo y se le acercó su director, Raphael Geminiani. «Ferdi, el Mont-Ventoux no es un puerto como los otros, es mejor que te reserves». El suizo le respondió: «Ferdi tampoco es un corredor como los otros». Llegó a meta a 29 minutos del vencedor. Se retiraría un día después y nunca volvería al Tour.
El Tour anda por Suiza, por tierras olímpicas, siendo el ciclismo el deporte menos olímpico que hay. Abrazó el profesionalismo desde sus inicios, contraviniendo el espíritu del barón de Coubertin. Siempre se corrió por dinero y se vendieron marcas comerciales en el maillot. Hasta Atlanta en 1996 -justo cien años después de los primeros Juegos modernos-, los ciclistas profesionales no pudieron correr. También el fútbol tiene esa falta de encaje olímpico y compite con equipos sub'23 con algún añadido.
Van Aert y Pocagar jugaron entre ellos en la primera etapa suiza en una imagen que explica de forma fiel lo que está siendo el Tour, al menos hasta el momento. No es mala metáfora que la carrera haya llegado a Suiza, un remanso de paz. Eso es el Tour ahora mismo: dos hombres al frente con tanta superioridad sobre el resto que están a punto de comprarse un peine para las fotos de los próximos días.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.