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Iñaki Izquierdo
Sábado, 6 de mayo 2023, 21:55
«Todavía quedan veinte etapas». Es todo lo que acertó a decir Primoz Roglic (Jumbo) en la meta de Ortona, donde Remco Evenepoel (Soudal) le tiró al mar. El belga le metió 43 segundos en una contrarreloj de 19,6 kilómetros llana como el Adriático, ... con una subida de apenas un kilómetro al castillo aragonés de la ciudad donde acabó la primera etapa del Giro. La corsa rosa sufrió una conmoción en la jornada inaugural. Evenepoel destrozó el cronómetro, mandó al gran dominador de la especialidad y recordman de la hora Filippo Ganna (Ineos) a 22 segundos y distanció a Roglic, su gran rival para la victoria final, a 43. Y el esloveno acabó sexto. Joao Almeida (UAE) fue el mejor de los de la general, con unos dignísimos 29 segundos perdidos.
Fue un triunfo 'indurainiano' el de Evenepoel este sábado en el Giro. El navarro sacó tres minutos a De las Cuevas en la mitológica contrarreloj del Tour de 1992 en Luxemburgo, sobre 65 kilómetros. En la misma proporción, sobre menos de 20, el belga habría metido a Roglic 55. Le distanció en 43. No es lo mismo, pero la referencia vale para ilustrar la dimensión del golpe.
El campeón del mundo –corrió con el maillot de campeón belga contrarreloj– ofreció en bandeja a los tifosi un tema de discusión para los próximos días: ¿conservará la maglia rosa hasta Roma? En 106 ediciones, solo cuatro veces un ciclista ha sido líder del Giro desde la primera a la última etapa. En 1919, el primer Giro después de la I Guerra Mundial, lo hizo Costante Girardengo. No viajó de rosa desde Trento hasta Milán, porque el maillot de líder aún no existía. El siguiente en lograr la gesta fue el gran Alfredo Binda. De Turín a Milán, tras ganar doce de las quince etapas. No hay récord ciclista sin que aparezca el nombre de Eddy Merckx. El 'Caníbal' lo logró en 1973, en un Giro que empezó en Verviers (Bélgica) y atravesó Holanda, Alemania, Luxemburgo, Francia y Suiza antes de acabar en Trieste. El último precedente, el de Gianni Bugno en 1990, de Bari a Milán.
«Todavía quedan veinte etapas», dijo Roglic tras el baño. «Estoy súper contento –afirmó Evenepoel–. Es el mejor resultado que podía esperar. Tuve un buen ritmo, conservando la misma cadencia. No miro mucho las diferencias, me mantengo concentrado en mi rendimiento. El primer objetivo está cumplido, ahora hay que seguir con esa concentración y conservar la máxima energía posible. Deberíamos, probablemente, mantener la maglia rosa hasta la cuarta etapa. Veremos a partir de ahí. Pero por ahora, a disfrutar. Ha sido una manera bonita de volver al Giro».
Roglic, siempre caballeroso, asumió el golpe: «Está bien. Ha sido duro, pero estoy contento con mi día. Soy optimista ante las próximas jornadas. No olvidéis que quedan veinte etapas». Y guiñó un ojo a los periodistas.
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