Pogacar da el primer golpe al Giro de rosa y grana

La cosa llegó a mayores, naturalmente. Para empeorar la situación, el patrón del Giro, Urbano Cairo, es además presidente del Torino. Casi un asunto personal. Estaba en cuestión poco menos que el 'made in Italy' y la industria textil transalpina. Por supuesto -para regocijo de Pogacar, que se ha pasado los tres días bromeando con el asunto-, la UCI plegó velas y ayer el esloveno salió de rosa y grana. Y salió a torear.

Ganó la crono de 40,6 kilómetros en Perugia y puso la clasificación general patas arriba cuando todavía no se ha subido ni un puerto. En la salida, en Foligno, se hablaba del Stelvio, de que hay mucha nieve y que a ver si se puede pasar o no en la etapa 16. De la victoria de Pogacar en el Giro no se habla porque se da por hecha.

La tradición dice que Foligno es 'lu centro de lu Munnu', el centro del mundo en el dialecto local de Umbría, debido a su posición en el Mediterráneo, que en la antigüedad era el mundo entero. De allí partió el número uno para dejar el Giro como un solar.

Remontó más de un minuto a Filippo Ganna en los seis kilómetros de subida y le birló la etapa por 17 segundos, en una derrota muy amarga para el italiano. Tres Ineos acabaron en un minuto con el ganador: el piamontés, Sheffield y Arensman. Y destrozó a sus rivales de la general. Sacó 1:49 a Daniel Felipe Martínez (Bora) y dos minutos justos a Geraint Thomas (Ineos) -décimo en la etapa-, los dos corredores más sólidos del Giro al margen del esloveno. En la general, el colombiano cede 2:36 y el galés, 2:46.

Hoy, llegada a Prati di Tivo, en los Apeninos, donde Pogacar ganó en la Tirreno-Adriático de 2021: 14,5 kilómetros al 7% de pendiente media con máximas del 12%. Será lo que diga Pogacar, con culote rosa, negro o granate. Hará lo que quiera y cuando pase delante de los comisarios de la UCI sonreirá.