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Iñaki Izquierdo
Viernes, 19 de mayo 2023, 20:14
Después de otra etapa odiosa de agua, frío y caídas, Thibaut Pinot (Groupama) llegó el miércoles a Tortona enfermo y más derrotado que enfadado. «Me siento como un perro viejo mojado», se desahogó el francés. El jueves, ante las previsiones meteorológicas, los ciclistas pidieron clemencia ... al Giro y que se aplicase el protocolo de clima extremo. Este viernes por la mañana, la organización accedió a recortarla, suprimir el Gran San Bernardo y dejar la carrera en 75 kilómetros. «Es mi gran vuelta número 18 y la que con peor tiempo he corrido», resumió la maglia rosa, Geraint Thomas.
El Giro de Italia cruzó a Suiza en autobús y el departamento helvético de camineros quedó en mal lugar porque si ya habían declarado su incapacidad de limpiar la bajada del Gran San Bernardo –que se iba a pasar por el túnel antes de la medida de gracia–, la carretera en el descenso de la Croix de Coeur estaba impracticable. Nadie tomó riesgos en la bajada.
Pinot, recuperado el ánimo, lideraba la avanzadilla en ese puerto inédito en la historia del Giro, con el colombiano Einer Rubio (Movistar) y el ecuatoriano Jefferson Cepeda (EF) como compañeros de escaramuza. No se fiaba ni un pelo el francés de los dos pequeños sudamericanos, los dos de 1,64. Y el perro viejo, que este año se retira del ciclismo, no acabó mojado en la cima de Crans Montana, sino calado hasta los dientes y apaleado. No había color en cuanto a galones, pero Pinot no logró despegarles y en meta Rubio se anotó su segunda victoria de la temporada tras una etapa del UAE Tour y la novena de su equipo.
Geraint Thomas
Ineos
La nieve hizo su aparición y dejó imágenes del Giro de toda la vida. Paredes de hielo bordeaban la carretera en el tramo final de la ascensión, solo faltaban Vittorio Adorni, Aldo Moser o Johan van de Velde surgiendo de la niebla con la mirada perdida, más escapando de los lobos que persiguiendo la victoria.
El tatuaje de Pinot 'solo la vittoria è bella' estaba verde del frío. Reina el desánimo en el pelotón. «Si queremos llegar a Roma con al menos 50 ciclistas, es una buena decisión», expuso Thomas. Abrir las cortinas de la habitación del hotel por la mañana es un calvario psicológico. El sonido de los frenos de disco encrespa los ánimos de los ciclistas. Hay fatiga física y tensión mental.
Solo Gianni Moscon (Astana) discrepó. «Es verdad que hace mal tiempo y que estamos cansados, pero no creo que se dieran las condiciones para recortar la etapa. Pienso que se podía correr y si alguien quería parar podía hacerlo. Si no te gusta, cambia de trabajo», dijo el italiano, que obró con coherencia, puesto que en febrero en O Gran Camiño se opuso, sin éxito, a que se detuviera una etapa por el mal tiempo.
El caso es que la caravana se trasladó a Suiza en coches y autobuses y se disputó una jornada exprés. La escapada fue muy buena y llegó. Atrás, Ineos arropó bien a la maglia rosa y Jumbo corrió en cabeza con muchos elementos, que Roglic no necesitó. Todos los favoritos llegaron juntos y ahora el Giro enfila al Monte Bondone, el martes, famoso por la nevada el día de Charly Gaul.
Este viernes no salió Mads Pedersen (Trek), quedan 135 corredores en carrera y este sábado se disputa la etapa 14. La previsión anuncia otro día de perros.
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