Imagen promocional del Giro con Remco Evenepoel. Efe

Al Giro se viene a pescar

La 'corsa rosa' comienza este sábado con una contrarreloj sobre el trazado del viejo ferrocarril del Adriático, primer capítulo del duelo Evenepoel-Roglic que concluirá en Roma

Iñaki Izquierdo

Sábado, 6 de mayo 2023, 00:12

La casa amarilla que domina la colina es la de Gabrielle d'Annunzio. El Giro de Italia arranca este sábado con una contrarreloj de veinte kilómetros por la antigua vía del ferrocarril del Adriático, cerca de Ortona, en los Abruzos. Desde la casa del poeta, ... si en lugar de al mar se mira al interior, se ve el Gran Sasso, a donde la 'corsa rosa' llegará en la séptima etapa. El Giro se abre en la costa de los Trabocchi, unas plataformas de madera que se introducen en el mar y se sostienen con largas varas de madera clavadas en el fondo. D'Annunzio -para quien Mussolini era algo así como la derechita cobarde- dijo que eran «extrañas máquinas de pescar que se parecen al colosal esqueleto de un anfibio antediluviano». En Ortona se pesca desde hace cuatro mil años y al Giro se viene a pescar.

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Las cartas van a estar sobre la mesa desde el primer día. Los dos grandes favoritos, Remco Evenepoel (Soudal) y Primoz Roglic (Jumbo), ven abrirse ante sus ojos una gran oportunidad. Es una contrarreloj de 20 kilómetros, los 17 primeros llanos y una subida de 1.300 metros al 5,6% como única dificultad orográfica. El fantástico castillo Aragonés del siglo XV será testigo de la primera disputa de los dos colosos. Tanto el belga como el esloveno pueden colocar las balizas del Giro desde ya. Evenepoel hizo un entrenamiento de cien kilómetros con la cabra el día previo a viajar a Italia.

La etapa será una sucesión de bahías y calas de arena y guijarros. Algún aficionado ha recogido estos días unas maderas traídas por la marea y unos neumáticos para construir una modesta escultura de una bici en uno de los tramos de la contrarreloj. El ciclismo es un deporte sencillo, modesto y bello, parece decir la humilde escultura. El Giro, por las vías del ferrocarril. El tren es un artilugio de la modernidad como la bici. Ambos conquistan la distancia. El tren sigue siendo la ilusión de lo colectivo, del mismo modo que el coche es reflejo de la soledad del individuo.La etapa es una declaración de intenciones y el resultado de una reflexión.

Propósito estético

Desde el principio (comienza la edición número 106), el Giro tiene un propósito estético, es la búsqueda de una belleza deliberadamente completa. En las ediciones de 2020 y del año pasado, la belleza llegó por error. En aquella inolvidable ascensión al Stelvio de Tao Geoghegan Hart (Ineos) y Jay Hindley (Bora) en plena pandemia y, hace doce meses, en el triunfo del australiano -que no defenderá su título y correrá el Tour- cuando la Marmolada se tragó a Richard Carapaz. Los organizadores quieren que los campeones sometan al Giro y por eso han extendido una alfombra rosa a Evenepoel y Roglic. El resto de participantes parece destinado a jugar un papel secundario, empezando por el propio Geoghegan Hart, que este año ha vuelto a mostrarse a un nivel alto. Geraint Thomas cree que tiene una cuenta pendiente con el Giro y el año pasado fue podio del Tour.

El UAE llega con la baza de Joao Almeida, en la carrera que mejor se le ha dado al portugués. Sin embargo, el regreso a la competición de Jay Vine invita a pensar en una bicefalia en el equipo emiratí. Vlasov tratará de ocupar el hueco de Hindley en el Bora. Seis finales en altoTres etapas contrarreloj (70,6 kilómetros en total), con la cronoescalada el penúltimo día como postre, era una llamada directa al teléfono móvil del campeón del mundo. Vente a Italia, Remco. Y Remco está en Italia. El Giro contará con seis finales en alto (el primero, en Lago Laceno en la cuarta etapa) y ocho jornadas para velocistas, con una nómina liderada por Cavendish (Astana), Ackerman (UAE), Gaviria (Movistar) y Pedersen (Trek), y rematadores como Matthews (Jayco) y Cort Nielsen (EF).

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La montaña final

La montaña de la última semana es muy dura, como siempre, pero esquiva los grandes nombres. El Gran Sasso en la primera semana y el encadenado de Monte Bondone, Val di Zoldo, Tres Cimas de Lavaredo y la cronoescalada a Monte Lussari, en las etapas 16 a 20 componen un menú variado, sin excesos.La otra gran etapa de montaña llegará en la etapa 13, única incursión en el extranjero, en Suiza, con final en Crans Montana previo paso del Gran San Bernardo (2.469 metros y Cima Coppi). La etapa reina llegará el viernes previo al final, en los Dolomitas. Camino de las Tres Cimas de Lavaredo, se subirán Campolongo, Valparola, Giau y Tre Croci.

Nombres del norte que aún quedan lejos de este inicio adriático. Los Trabocchi, que algunos atribuyen incluso a los fenicios, serán testigos de un Giro a dos bandas, a dos integrantes del grupo de los seis grandes del ciclismo mundial. Evenepoel es el vigente ganador de la Vuelta a España y el campeón del mundo. Roglic ha ganado tres vueltas y ha sido podio en Giro y Tour. Un ciclista de 23 años cimentando su futuro asalto al reino de Pogacar en el Tour y otro de 33 que ha ganado todo lo que ha corrido este año. Los dos vienen al Giro a pescar.

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