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I. Barcia
Martes, 23 de mayo 2023, 20:07
Después de dos semanas de Giro anodino, donde la lluvia se ha encargado de borrar las ganas de batalla de los corredores, la llegada al Monte Bondone supuso un cambio de registro en la corsa rosa. La tercera semana, la de los aspirantes a la ... general, se abrió con un final en alto que puso las cartas sobre la mesa. Y el encargado de pasar revista fue Joao Almeida. El portugués, a cinco kilómetros del alto, puso precio a la etapa y a la general. Pasó al ataque y además de reducir el grupo a Kuss, Roglic, Thomas y Dumbar, mostró las grietas del ciclista esloveno. Roglic, agachado tras su compañero Kuss, cedió un metro, suficiente para que un veterano como Thomas se diera cuenta al instante de que era un síntoma de debilidad que había que aprovechar. El galés se soldó a la rueda de Almeida y juntos comenzaron a poner segundos de diferencia hasta alcanzar el medio minuto.
Pero la etapa entró entonces en fase agónica. Quedaban dos kilómetros y el pulso entre los dos de cabeza y el trabajo de Kuss en favor de su líder, empeñado en minimizar pérdidas, se equilibró. La fatiga por las rampas de un puerto que el Giro no visitaba desde 2006, unidas a la lluvia y el frío, pasaron factura a todos. Almeida pensaba en la etapa, Thomas en la maglia rosa y Roglic en perder lo mínimo posible. En meta, el portugués fue el más rápido, mientras el esloveno cedió 25 segundos que todavía le permiten mantenerse en la pelea por la carrera.
El atrevimiento de Almeida, el primero que pasa al ataque en este Giro, deja la general en un duelo a tres, a la espera de acontecimientos porque la montaña se agolpa en esta semana final. Thomas rescató la maglia rosa con 18 segundos de ventaja sobre el luso del UAE, el equipo que más trabajó en esta etapa, mientras Roglic resiste en pie a 29 segundos. El resto queda lejos, porque Damiano Caruso perdió 1:15 y es cuarto en la general a 2:50, mientras Dunbar, que llegó a meta con Roglic, es quinto a poco más de tres minutos.
Los corredores mostraron ganas de batalla desde el primer momento de una etapa de 203 kilómetros y 5.200 metros de desnivel acumulado. Todo un desafió a por el que se lanzaron 25 corredores, donde se encontraban Aurélien Paret-Peintre y Ben Healy, ganadores de etapa en esta edición. El irlandés sumó 44 puntos entre el Passo di Santa Barbara y el Passo Bordala, lo que le sirvió para desbancar a Davide Bais del liderato de la montaña. Por detrás comenzaron los movimientos en el pelotón, con el Jumbo dispuesto a controlar las ventajas para jugar en favor de Roglic.
A pie del Bondone, los más avanzados apenas tenían margen para mantenerse en cabeza, por lo que el interés estaba centrado en el pelotón reducido en el que todavía aguantaba el líder Almirail. El francés aguantó hasta que a ocho kilómetros cedió ante el empuje de un UAE que jugó fuerte para mostrar las debilidades de los rivales de Almeida.
Este miércoles será una jornada de trámite, pero el jueves espera Val di Zoldo, viernes las Tres Cimas del Lavaredo y el sábado la cronoescalada al Monte Lussari.
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