Carlos Coloma y Rocío del Alba García deberán apretar a tope en la Copa del Mundo de Val di Sole que se disputará mañana en la localidad italiana. Los dos afrontaban con altas expectativas la prueba de clasificación pero las condiciones marcadas por el barro ... y la potencia de sus rivales les relegó a ambos a la posición vigésimo primera. Eso significa que el domingo deberán remontar para estar entre los mejores.
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El albeldense salía desde la 39ª posición, es decir, en la última línea de un pelotón caótico y nervioso por el agua, el barro y los resbalones. A pesar de eso, tiró de cabeza fría y, poco a poco, fue encontrando los huecos para ir dejando atrás a rivales. Luchar con los mejores resultaba imposible ante un camino taponado de rivales, así que la obligación era adelantar al máximo número de rivales posibles.
Y lo fue consiguiendo a base de tesón y de barro, ya que como el resto de sus adversarios llegó a la meta completamente enfangado. Uno a uno, logró acabar en esa honrosa vigésimo primera posición que le permitirá salir en la tercera fila de un circuito que, si sigue embarrado, se puede convertir en una pista de patinaje con el paso de las vueltas. Coloma saldrá mañana desde la tercera fila a partir de las 14.50 horas (Red Bull TV).
Por delante, Mathieu van der Poel protagonizó otro recital. Se quedó sólo con el brasileño Avancini y, en la última vuelta, el que fue ganador de La Rioja Bike Race demarró en solitario a un ritmo casi de ciclismo en ruta para romper a su rival. Van der Poel es, a día de hoy, un cohete.
Tampoco tuvo demasiada suerte Rocío del Alba García. Bajo un torrencial diluvio, la madrileña afincada en La Rioja y también corredora del BH Templo Cafés quería codearse con las más grandes, como ya hizo en el reciente Campeonato de Europa, pero sus expectativas se rompieron en la cuarta vuelta.
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Hasta ese momento marchaba con las mejores, a sólo ocho segundos de la cabeza, después de un primer giro espectacular en la que logró remontar desde la última línea de salida hasta la sexta plaza.
En la segunda vuelta marchaba séptima, muy cerca de la cabeza, pero el esfuerzo se le atragantó y comenzó a ceder puestos en los pasos por meta: 10, 12, 16... hasta la vigésimo primera plaza final. Una pena porque su esfuerzo inicial le pesó demasiado, pero también un aprendizaje para saber controlar mejor las sensaciones y la carrera. Mañana podrá resarcirse a partir de las 12.30 horas.
Por otra parte, Vlad Dascalu, que ayer no participó en la 'short track' porque ésta no se corre en categoría sub-23, tiene en Val di Sole un motivo de alegría. El del Brújula Bike Team estrenará el maillot con la bandera europea que le corona como rey continental en la categoría. A las 10.15 horas de mañana, el rumano afincado en Entrena tratará de llegar a lo más alto del podio, un lugar que ya conoce bien.
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