De visita a la aldea de Carbonera

Esta escondida aldea es el destino de esta nueva entrega de Rutas en BTT, que plantea una escapada desde Pradejón para completar una ascensión hasta Carbonera siguiendo el valle del río Molina. Se trata de un recorrido enteramente rodador en el que se pasa de tierras de huerta junto al Ebro a las alturas más frescas y verdes de la sierra, con un tránsito intermedio por feraces viñedos de tempranillos y garnachas y olivares centenarios. La subida hasta nuestro destino, bastante gradual, aunque con algún repecho en la última parte, se completa tras un pedaleo durante 12,5 kilómetros en los que se cubre un desnivel acumulado de unos 450 metros.

El paso por los términos del Villar de Arnedo y Tudelilla, en donde podemos entretenernos un poco callejeando por sus cascos urbanos, precede a la llegada a Carbonera, que se presenta una vez cruzado un denso bosquete de buenas carrascas. Un breve paseo por la aldea nos muestra un caserío diminuto, con alguna ruina, pero también casas recuperadas recientemente que suelen ser destino de algunos hijos del pueblo durante los fines de semana. A las espaldas de la principal y única calle del pueblo hay un espacio de eras coronado por la iglesia desde el cual se logran magníficas panorámicas del valle del Ebro. Hacia el sur, fuera ya del núcleo de edificaciones, hay una fuente con chorros abundantes en la que podemos repostar si es necesario.

El descenso hasta Tudelilla se completa ahora por la carretera que une ambos pueblos. Un breve ascenso nos sitúa enseguida en lo alto del cerro donde destacan grandes plantaciones de viñedos en altura intercalados entre las carrascas. A lo lejos, en los días claros de invierno, se divisan los Pirineos y su larga sucesión de cimas blancas. Un regalo que alimenta el espíritu antes de rendirnos a la emoción de un rápido descenso hasta Tudelilla. A la localidad vinatera se llega por su ermita de Santa Bárbara y el barrio de las bodegas. Si se tercia podemos echar pie a tierra y almorzar en sus bares sin dejar de probar alguno de los afamados vinos del municipio. De Tudelilla a Pradejón restan algo menos de 7 kilómetros que discurren por los mismos caminos que en la subida, siempre entre olivares, viñedos y almendros hasta completar el recorrido en la localidad champiñonera, en la que podemos cerrar el círculo visitando un cultivo y tomando unos pinchos,de champiñón o seta, por supuesto.

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