Subida a Zenzano desde Logroño

Reza en la Wikipedia que la aldea de Zenzano tenía censados a 12 vecinos en el año 2017, pero lo normal cuando uno llega es que no se encuentre ni un alma, más si es invierno, como ahora. El pueblecito tuvo tiempos mejores en los que su padrón llegó a los 200 habitantes, pero desde 1975 forma parte del Ayuntamiento de Lagunilla del Jubera. En aquellos años llegó a despoblarse enteramente y no ha sido hasta más recientemente cuando se han recuperado algunas casas y Zenzano vuelve a ser lugar de residencia de antiguos descendientes de la aldea, aunque no la habiten de forma permanente. Encanto no le falta al pueblecito, que se puede elegir como base para realizar excursiones por su bello entorno natural. 

Entre esos alicientes se encuentran las tres dolinas cercanas, una de las cuales, La Covacha,se visita en la ruta que traemos hoy a estas páginas. E imperdonable resultaría no asomarse al cordal de la sierra del Hayedo y presenciar la grandiosa panorámica que se abre de todo el valle del Ebro. Los amantes del parapente lo saben y se encaraman a estas alturas para tirarse sobre los cielos de la comarca y planear hasta Alberite o Logroño. Estas cumbres que por su lado oeste caen de forma precipitada hacia el Leza son también el punto culminante de nuestro recorrido en BTT y se alcanzan tras una prolongada escalada por un camino y una pista que suben desde el mismo río Leza.

La subida, de unos 10 kilómetros de longitud en los que se salva un desnivel de más de 500 metros de altitud, es el equivalente a la ascensión de un gran puerto en el ciclismo de montaña. No hay complicaciones técnicas y la pendiente se relaja en algún tramo para alivio del ciclista, pero hay que armarse de tesón y paciencia para aguantar una dilatada 'trepada' que acaba haciéndose larga. Lo mejor, como ya hemos comentado, las magníficas vistas que se divisan desde algunos claros del pinar que cubre estas empinadas laderas. La excusa perfecta para detenerse un par de minutos y tomar unas fotografías.

Ya arriba, a unos 1.100 metros de altitud, el paisaje es ya plenamente serrano con matorrales como el boj y manchas de roble y encina. En esta zona cumbrera se circula por un camino durante un trecho antes de desviarnos en busca del sendero que nos llevará hasta la dolina de La Covacha o Covaza. La senda asciende primero y nos hará descabalgar unos metros en una pendiente muy dura y rota, antes de picar para abajo en busca de ese embudo geológico de La Covaza, un hoyo de 100 metros de diámetro y unos 60 de profundidad que ha absorbido toneladas de caliza hacia las profundidades de la montaña. Tras el receso sigue el descenso por la senda, bastante pedregosa y con surco profundo en algunos puntos. Zenzano queda a un paso y se alcanza por una pista. La aldea es el destino principal de nuestra ruta y paramos un rato antes de retomar el camino de retorno.

De Zenzano hasta Logroño es ya casi todo descenso y bastante rápido si no sopla el cierzo, que puede convertir nuestra vuelta en una agonía si azota con fuerza. El primer tramo del retorno discurre por la pista asfaltada recientemente que sube desde la carretera. Son unos 9 kilómetros de bajada en los que se puede disfrutar del entorno de encinas, peñascos y barrancos que nos rodean antes de dejar los perfiles serranos y entrar en el sotomonte, tapizado de fincas de cereal, almendros y alguna viña. Antes de terminar la bajada de asfalto, la ruta se desvía a la izquierda por un camino por el que se pedalea hasta Ribafrecha, en cuya plaza podemos detenernos nuevamente para rellenar bidones o tomar un refrigerio en algún bar.

El tramo entre Ribafrecha y Alberite, similar tanto en la ida como en la vuelta, discurre plenamente por caminos en buen estado por tierras asperas de arcilla con el cereal como cultivo predominante y la silueta del monte Laturce siempre presente hasta Alberite. Es una zona para rodadores potentes, de perfiles suaves, pero donde el viento puede desquiciar al corredor más templado si sopla en contra. Ya encauzados en el Iregua, los últimos 5 kilómetros hasta Logroño discurren tranquilos para ir relajando las piernas tras un trabajo de casi 60 kilómetros y 1.100 metros de desnivel. En resumen, una ruta de auténtico fondo con espacio para oxigenarnos bien y disfrutar de Zenzano y su entorno.

Puedes descargar la ruta aquí