Pedaleando por Valgañón, en la montaña riojana más atlántica

La ruta que traemos hoy a estas líneas corresponde al recorrido largo de la BTT Valdeminochi del domingo, con un trazado de 47 kilómetros y 1.900 metros de desnivel acumulado, aunque los aficionados pueden optar también por un recorrido corto, sin tanta dureza, pero también sacrificado como indican sus 1.300 metros de desnivel acumulado en una distancia de 30 kilómetros. En una y otra elección, lo que se va a encontrar el ciclista es una alternancia de tramos de caminos y pistas con senderos, envueltos siempre por bosques más o menos densos.

Aplicando un símil de las grandes vueltas de bicicleta de carretera, podríamos decir que la ruta larga de Valgañón es un auténtica etapa reina, con dos ascensiones de categoría especial que ponen a prueba la condición física y mental del ciclista. La primera, nada más empezar, con 5 kilómetros por pista en los que se salva un desnivel de más de 500 metros o, lo que es lo mismo, con una pendiente media que supera el 10%. La segunda subidita llega hacia el kilómetro 28,5 a 1.380 metros de altitud y termina en el kilómetro 33 a 1.750 metros sobre el nivel del mar, casi tocando la cima del Torocuervo. Son los dos huesos duros de esta ruta que incluye también alguna rampa intermedia, sufrida igualmente pero sin tanta longitud.

La recompensa tras subir es casi siempre un descenso por alguno de los muchos senderos que han abierto los del Club Valdeminochi por estas empinadas laderas boscosas. Los hay que bajan vertiginosamente por algún cortafuegos pero las sendas discurren en su mayoría encajonadas entre la foresta, describiendo curvas entre los árboles, con peraltes y tramos técnicos en bastantes ocasiones que obligan a un manejo fino de la bicicleta o bien a bajarse si no se tiene la confianza necesaria para afrontar los desafíos más dificiles.

Y hay también rincones deliciosos y mágicos en los que conviene detenerse (si no se va en carrera) para regocijarse contemplando una naturaleza tan generosa. Uno de esos puntos bien puede ser la fuente del hayedo de Escarcia, en el kilómetro 7 de la ruta, que podemos aprovechar para echar un trago, o cualquiera de los frondosos hayedos que jalonan la zona conocida como El Nacedero, en el arroyo Ciloria, hacia la mitad de nuestra excursión. La ermita de la Pradilla, en el alto del puerto homónimo, así como el acebal de Valgañón, con ejemplares de porte arbóreo, son otros de los hitos importantes en el último tramo de la etapa.

Y aunque nuestra ruta de hoy transita mayoritariamente entre árboles, sería injusto no citar las panorámicas que nos brinda en algunos enclaves como el monte El Hombre y la pista que sube hacia el Cerro Ibaya, desde donde se contempla todo el valle del Alto Oja y el cordal de la Demanda, con el San Lorenzo como principal referencia. Las vistas del valle del río Ciloria desde las pistas del Torocuervo o las de Valgañón y sus montañas desde la Dehesa son otras estampas que impresionarán al ciclista antes de llegar nuevamente al pueblo con ganas de relajarse y tapar el hueco abierto en el estómago en cualquiera de sus bares o restaurantes. La contundente comida casera que sirven repone las calorías gastadas al momento.

Puedes encontrar el track aquí.