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Con la vendimia en su recta final en la Denominación de Origen Rioja, hoy nos adentramos con la bicicleta de montaña por algunos de los territorios de mayor tradición vinícola de Rioja Alta y Rioja Alavesa, que atesoran también un rico patrimonio ... rural y bodeguero. La ruta, de 60 kilómetros, es para disfrutar de una mañana completa pedaleando a un ritmo llevadero y deteniéndonse las veces que hagan falta para asomarse a un recodo del Ebro, otear amplias panorámicas de cerros y viñedos, callejear por alguno de los pueblos que se atraviesan o entrar en una bodega, ver cómo extraen el primer mosto de la uvas de este año y si te ofrecen, probarlo.
Aunque la distancia es larga para una bicicleta de montaña, el hecho de que la ruta discurra mayoritariamente por caminos asfaltados y las pequeñas paradas que se efectúan sitúan este recorrido en un nivel asequible para la mayoría de aficionados, a poco que acostumbren a salir en bici de modo frecuente. Viene a ser algo así como La Eroica de Cenicero, pero en 'mountain bike' y a tu libre albeldrío, eligiendo caminos y paradas según se tercie.
En nuestro caso, la salida se efectúa desde Logroño atravesando Valdegastea para enfilar el Camino Viejo de Fuenmayor, que remonta hacia el término de la Rad para internarnos pronto en un paisaje típico de Rioja de cerros y hondonadas repletas de viñedos que caen hacia el Ebro. Salvo algún pequeño trecho de cascajo, el firme es en todo momento asfalto y se rueda a buena velocidad, aunque también hay algún repecho que obliga a subir piñones y tirar de piernas y de riñón. Fuenmayor asoma enseguida con un casco urbano rodeado de viñas y edificios bodegueros. La localidad se alcanza en una rápida bajada. Callejeamos por su bien conservado casco antiguo atravesando su Río Antiguo y paramos un par de minutos para observar el Palacio de los Marqueses de Terán o de la Real Junta de Cosecheros, buen edificio de piedra del siglo XVIII y según dicen, germen de lo que después ha sido el Consejo Regulador del Rioja.
Tras el receso, el siguiente tramo de la ruta lleva hasta Cenicero, otra localidad riojalteña de amplia tradición vinícola, sede de emblemáticas bodegas de la Denominación y también patria de La Eroica Hispania, la marcha cicloturista de bicicletas clásicas de carretera que discurre por los bellos parajes de esta comarca en un guiño al pasado de las grandes vueltas ciclistas. De Fuenmayor se sale por la calle del Ebro para tomar el camino, también asfaltado, que lleva hasta Buicio, un paraje de choperas y grandes viñedos que acaricia el río ibérico. En la orilla, a nuestra derecha, hay una represa desde la que se observa una bucólica postal del Ebro, con garzas y garcetas incluidas. Desde este punto se sigue hasta alcanzar la vía del ferrocarril en donde se toma el camino paralelo que nos lleva por el lado sur de la vía hasta Cenicero. En este tránsito, llano casi por completo, las viñas y el Ebro comparten protagonismo en un primer plano, pero si elevamos la vista al norte son la Rioja Alavesa y el muro pétreo de la Sierra de Cantabria las que dominan el paisaje.
A Cenicero se entra oliendo a vino por la zona de la estación del ferrocarril y la avenida Ruiz de Azcárraga, con conocidas bodegas al lado. Sin detenernos seguimos hasta el centro del pueblo, bullicioso en esta época de vendimias, y poco antes de llegar a su iglesia, a la derecha llama la atención el pórtico de Bodegas Riojanas, una de las centenarias de Rioja, emblemática de la Denominación y buque insignia del pueblo. Cubiertos hasta aquí 22 kilómetros desde Logroño, es un buen lugar para hacer un receso con vino y tapa, tradición que se puede cumplir religiosamente en uno de los bares que rodean su iglesia de San Martín. Tras el tentempié, retomamos la etapa desandando el camino por el pueblo hasta coger el desvío de la carretera que sube a Elciego. Dejamos el pueblo entre más bodegas antes de cruzar el Ebro y a la altura de Viña Salceda podemos optar por subir a un mirador (o lo que queda de él) desviándonos a la izquierda para regodearnos de unas vistas magníficas de Cenicero y su entorno, con la Demanda y el San Lorenzo cerrando un cuadro soberbio de La Rioja Alta. Si se prefiere continuar, no hay más que seguir la carretera A-3210, ya en Rioja Alavesa, hasta llegar a Elciego.
Pulcra y muy bien cuidada, la localidad riojanoalavesa es un referente en la comarca, especialmente desde que Bodegas Marques de Riscal construyera su vanguardista edificio de laminas de titanio, obra del arquitecto Frank Gehry. El inmueble, hotel y restaurante, es hoy un destacado hito en la localidad que compite en altivez con su parroquial de San Andrés. El pueblo bien merece detenerse un rato para callejear por su casco urbano o su barrio de las bodegas, muy activo ahora en época de vendimias. Y si nos pica mucho la curiosidad podemos pedir permiso para entrar en una pequeña bodega y observar como se descargan las uvas y se obtiene el primer mosto de la campaña. A este cronista le ofrecieron probarlo unos empleados de Cune, invitación que conviene agradecer con un buen trago para cumplir con uno de los rituales más arraigados en la vendimia.
Desde Elciego, con 33 kilómetros ya recorridos, iniciamos el retorno a Logroño con dirección a Lapuebla, otro municipio riojanoalaves del que nos separan casi 10 kilómetros que se cubren por otro camino, también en su mayor parte asfaltado. El trayecto sigue el curso del GR-99 o camino del Ebro y resulta sumamente agradable, con vistas a amplias vaguadas vinícolas al principio y luego asomándonos al cauce del río, detenido en un remanso infinito desde la central del Cortijo. Imperdonable no parar unos minutos en Lapuebla y asomarse al mirador situado detrás de su Ayuntamiento para deleitarse con una postal de la comarca vinícola de Fuenmayor, situada justo enfrente.
Desde el municipio nos lanzamos carretera abajo para cruzar el Ebro y retornar a territorio administrativo riojano. Poco antes del barrio de la estación fuenmayorense nos desviamos a la izquierda para seguir por otro camino que conduce hasta la desembocadura del Río Antiguo en el Ebro. La ruta sigue otra vez paralela al cauce fluvial y surcando más viñedos hasta que, a la altura de una gran presa de compuertas metálicas, se desvía para enlazar con la Vía Verde del Cortijo, antiguo trazado ferroviario recuperado para el paseo, que nos lleva hasta este pequeño núcleo rural y barrio de Logroño. El recorrido nos introduce por sus calles hacia la plaza, en donde hay bar y se puede tomar un refrigerio antes de continuar para cubrir los últimos diez kilómetros hasta Logroño.
Del pueblo se sale en dura subida por un repecho que muta luego en un sendero llevadero hasta enlazar con el Camino Viejo de Labarca, también asfaltado, que trepa hacia la Torre Fuerte del Cortijo, otro punto muy apropiado para detenerse y admirar otra gran panóramica del Ebro, el entorno de Logroño y Rioja Alavesa. Es el último vistazo a los grandes paisajes vinícolas de Rioja antes de cubrir el último trecho hasta Logroño sin dejar en ningún momento de observar fincas de viñedos y otros cultivos mediterráneos hasta entrar de nuevo a la ciudad por su barrio de Valdegastea.
Puedes descargarte el track aquí
Distancia: 60 kilómetros
Desnivel acumulado: 830 metros
Tiempo estimado: Entre 4 y 5 horas
Avituallamiento: En cualquiera de los pueblos que se atraviesan. Fuenmayor (km 11), Cenicero (km 21), Elciego (km 32), Lapuebla de Labarca (km 43) y El Cortijo (km 52)
Principales atractivos: Grandes paisajes de viñedos, con sus cerros y vaguadas característicos plagados de viñas y las montañas de Sierra Cantabria, Moncalvillo y La Demanda cerrando las panorámicas al fondo. También los cascos urbanos de las localidades que se visitan, los barrios de sus bodegas y los edificios de grandes compañías vitivinícolas como Marqués de Riscal, Bodegas Riojanas, Valpiedra, Viña Salceda, etcétera.
Nivel de dificultad: Moderado. La ruta discurre por caminos asfaltados y alguna carretera en un 90% de su recorrido. Hay tramos también de camino de tierra y cascajo y un corto trecho de sendero a la salida del Cortijo. La distancia es larga pero llevadera a un ritmo aceptable y con paradas frecuentes.
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