Llegó el día. Desde que concluyó la carrera de Tokio en el año 2021 Carlos Coloma comenzó a trazar en su mente el viaje hacia París 2024. Y cuando este lunes concluya la cita olímpica (14.10 horas), empezará a pensar en Los Ángeles 2028. ... Su mente funciona así, a largo plazo, pero con la exigencia del deporte de élite, que es a corto plazo, amparada en resultados y en los detalles. El medallista de Albelda disfruta de sus cuartos Juegos Olímpicos, los tres primeros como ciclista de cross country y éste como miembro del equipo español –En Japón participó en el preolímpico–. La gran cita, así le atestigua el 'bigotón' que se deja para momentos únicos. Hoy, su baza en París es por partida doble: David Valero, bronce en Tokio, y Jofre Cullell, su relevo natural, y del que Coloma dice que tiene potencial para ser medallista olímpico.
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«Los Juegos es la competición que mayor emoción me produce. Es lo más y no solo para mí, sino para mi familia, para la gente que me conoce,… Todos saben que me cambiaron la vida. Y nosotros sabemos prepararlos muy bien», dice sentado en el sofá de la sede del BH Coloma Team y con un mapa del mundo sobre su cabeza. Hubo un tiempo que el gran sueño del ciclista era vestir el maillot arcoíris de campeón del mundo, quizá porque se lo había enfundado en 1999, con solo 18 años, en Are (Suecia), en la competición por relevos. Su sueño viró y se centró en los Juegos, aunque su primera relación con ellos acabó en lágrimas. En realidad, no ha sido una unión sencilla, pero sí apasionada.
El seleccionador español le dejó llorando meses antes de Atenas 2004. Pensaba formar parte de una representación en la que estaban Marga Fullana, Janet Puiggros y José Antonio Hermida, pero el cuarto elegido no fue él, sino Iván Alvarez. «Una injusticia», dijo en aquel momento. Lo fuera o no, el albeldense no pudo vivir una experiencia única a sus 23 años. «Y no me dejaban ir a Pekín, pero al final fui (acabó vigésimo octavo)», recuerda. Llegaría más tarde Londres 2012, de donde regresó con una sexta plaza y diploma olímpico. Fue la antesala a la histórica medalla de bronce que logró en Río de Janeiro 2016 con una entrada en línea de meta que ya es historia del deporte olímpico y español.
Río de Janeiro marcó un antes y después en su vida. Después de transitar por diferentes equipos y veintidós años después de su primera carrera de montaña, daba el paso. En su mente estaba la creación de un equipo a imagen y semejanza de los que compiten en MotoGP. Apuesta muy sería, sobre todo económicamente. Y en estos años lo ha ido logrando. Llegaron Rocío García, olímpica en Tokio, David Valero, Catriel Soto, Pablo Rodríguez, Natalia Fischer, Raquel Queirós, que ayer compitió en París bajo bandera de Portugal en la carrera que ganó y coronó, por si fuera necesario, a la francesa Pauline Ferrand Prévot. Años en los que, además, ha ido incrementando la infraestructura de su equipo hasta colocarlos entre los mejores del mundo.
«Es tanto lo que pones cada día en el equipo que cuando llega el momento te viene todo de golpe a la cabeza. Si logramos la medalla va a ser increíble. Es que si pasa, serán tres seguidas», relata en uno de los documentales que ha elaborado pensando en París. La suya, la de Valero en Tokio y la que está por venir. Y es que este lunes, en poco menos de dos horas, resume meses, años de trabajo. «El autoconvencimiento es fundamental, pero no vale solo con eso. Trabajo, trabajo y trabajo durante todo el año. Sufres, pero cuando llega el momento estás preparado. Cualquier español mataría por estar hoy aquí. No es la Copa del Mundo, ni el Mundial, son los Juegos Olímpicos», les dice, insiste, a los grandes protagonistas del día, David Valero y Jofre Cullell.
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La arenga se produce en torno a la mesa. En Brasil, primera cita, por partida doble, de la Copa del Mundo de este año. Una más. «Al final, es todo el rato lo mismo. Vamos y vamos y vamos. Y ya que hemos llegado aquí, vamos una vez más. Y hay que echarle cojones. Me hace gracia cuando escucho: disfruta del día. No, estamos aquí y hay que darlo todo», recalca, sobre todo a Cullell, más joven y con menos experiencia.
Así, el equipo ha sacrificado otras competiciones de este año. La Copa del Mundo ha quedado en un segundo plano. Los resultados de sus pupilos han estado lejos de lo que se podía esperar, pero han ido mejorando con el paso de las semanas. Cullell ofreció una exhibición en Les Gets y Valero se colgó su noveno oro nacional en El Almendro tras una carrera de persecución soberbia, en la que se vio obligado a sobreponerse a un pinchazo y a firmar una remontada fuera de lo normal. Hoy es el día para convertir tanto sacrificio en gloria, como aquel 21 de agosto del 2016 o el 26 de julio del 2021.
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Treinta grados y sol anuncia en París a las dos de la tarde. Diez minitos después comenzará la prueba de cross country, con David Valero y Jofre Cullell, pupilos de Calos Coloma, como representantes españoles. El primero fue bronce en Tokio y aspira a repetir; el segundo no descarta la sorpresa, pensando que tiene más citas olímpicas por delante.
Coloma sabe lo que son unos Juegos. Tira de la palabra para motivar, pero también de la sabiduría de otros. El desaparecido Luis Aragonés es una de sus fuentes de inspiración para motivar a los suyos. Ganar, ganar y ganar, decía el técnico madrileño. Coloma asume esa máxima. «A David le veo con estabilidad y convicción. Ya ha logrado la medalla olímpica, pero por eso mismo sabe que puede repetir. Soporta un gran peso sobre sus espaldas, como yo lo he sentido en otras citas olímpicas, pero ese peso no te hunde, sino que te lanza hacia arriba», explica el riojano antes de derrumbarse emocionalmente. Recuerdos olímpicos. «Y en el caso de Jofre, ha trabajado tanto durante este año y está ahora mismo tan fuerte que igual es pronto para que lo haga y tiene por delante Los Ángeles 2028, pero lo hará. Tiene potencial y saber sufrir sobre la bici e igual hoy mismo lo vemos», añade.
Treinta y seis corredores tomarán la salida en un trazado de 4,3 kilómetros con un desnivel positivo de 110 metros desde el que se domina París.Asentado en la colina de Elancourt se traza de un circuito artificial, creado sobre los senderos ya existentes. «Es rápido, propicio para un ritmo alto», dice Cullell. A Coloma le preocupa también la humedad. Aún recuerda Pekín.
Las apuestas dan favorito al británico Tom Pidcock, que llega a París después de completar el Tour de Francia. Nino Schurter es otro de los nombres propios. Ha enfocado la temporada a este día, el que será el último olímpico para él. David Valero necesita salir bien y no descolgarse, aunque este pelotón nada tiene que ver con el de Copa del Mundo. YCullell, que es explosivo, salir y aguantar entre los mejores.
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