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Javier Bragado
Jueves, 27 de octubre 2016, 12:50
En el historial de Aitor González hay una interminable lista de hazañas y errores singulares. Pero si sobre la bicicleta el vasco pudo presumir de grandes éxitos como la Vuelta a España de 2002, desde que abandonó sus aventuras sobre ruedas su camino ha sido tan oscuro como el de las noches en que cometió sus presuntas fechorías con cocaína y sicarios incluidos.
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La última de las equivocaciones ocurrió aproximadamente a las dos de la madrugada del lunes al martes. Un agente fuera de servicio alertó a una patrulla cuando encontró a Aitor González en una calle de Alicante (cerca de su residencia habitual en San Vicente del Raspeig) con un martillo ante una tienda de móviles que ya tenía un cristal y una persiana rota.
«Es tan sencillo como estar de copas y que una de las personas que conocimos esa noche rompió un cristal de un escaparate y los vecinos llamaron porque pensaron que pretendían robar y la Policía llegó y nos detuvo. Después se ha visto que no hay ningún motivo para pensar que estaba robando y me han dejado en libertad», justificó González en Radio Marca sobre el suceso por el que se encuentra en libertad provisional por causa de robo. «Yo tampoco esperaba que fuera a romper un escaparate este chico que conocimos esa misma noche», se disculpó.
La obligada visita a los calabozos no fue la primera para Aitor González. De hecho, su historial es amplio y variado. La primera de sus infracciones ocurrió en 2007, cuando un control policial mostró que el antiguo ciclista conducía bajo los efectos del alcohol y la cocaína. En el juicio justificó que quizás le habían echado algo en la bebida aquella noche en que invadió un carril contrario y se saltó varios semáforos en rojo. Un juzgado de Alicante le condenó con una multa de 1.080 euros y la retirada del carné de conducir.
Entonces se agarró a los efectos devastadores de una carrera deportiva truncada a los 30 años. Le había sancionado 24 meses por dar positivo por esteroides anabolizantes.Perdió todos los recursos.
En 2008, sus problemas con las autoridades regresaron porque, supuestamente, acompañó a tres sicarios para amenazar a un agente inmobiliario. 300.000 euros tenían la culpa. El de Zumárraga reconoció que contrató a «gente que se encarga de cobrar deudas».
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En 2011, dos delincuentes fingieron ser los administradores de una comunidad de propietarios que no existía, abrieron una cuenta bancaria en León y emitieron recibos por valor de 1.500 euros. La Policía investigó y descubrieron a un cómplice en Alicante que intentó escapar a la carrera. Según el diario Información, le requisaron documentación falsa. Esta es la acusación que niega con más ahínco.
Encima de la bicicleta Aitor González ganó etapas en el Giro de Italia, la Vuelta a España y el Tour de Francia. Sin ella, ha encadenado tres detenciones durante su particular Vuelta a los calabozos.
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