María, la mamá de Aleix, es triatleta

«Ahora sigo haciendo deporte, que es lo que me gusta, aunque me resulta muy difícil», explica María, de 36 años. Su vida ha cambiado con la maternidad, las horas que dedicaba al deporte ahora las dedica a su hijo. Pero como no dejó de entrenarse prácticamente hasta el día del parto, el mes y medio de baja le ha servido de descanso. «En un primer momento pensé que quedarme embarazada no podía ser incompatible con hacer deporte, aunque sí con competir. Hasta el 29 de junio estuve haciendo natación y bicicleta elíptica, aunque de correr dejé a los siete meses», recuerda. Antes, en enero, ganó los 100 y 200 metros braza M-35 y se subió al podio de los 200 y 400 libres del Campeonato de La Rioja de Natación, sin saltar a la piscina, saliendo de dentro del agua, porque estaba embarazada de tres meses.

Miembro del club Las Norias, reconoce que entrenó bastante la natación durante los cinco primeros meses, nadando 4.000 metros al día. Realmente salía de cuentas el 9 de julio, pero una diabetes gestacional obligó a provocar el parto. «El día de antes hice 2.000 metros de natación», reconoce María. Y también admite que hizo «mal» porque, después de parir, «nada más llegar a casa monté a Aleix en la mochila, nos fuimos a andar 7 kilómetros y se me abrieron los puntos, así que después estuve una semana parada». Ni aun así paró quieta realmente porque, confiesa, siguió haciendo abdominales estáticos, «la zona la he trabajado bastante desde el primer día».

La baja la tuvo para 40 días y el día antes de acabarla realizó una etapa de 50 kilómetros con la bici de montaña. En su regreso a la competición, María, convertida ya en madre, «creía que podía terminar el triatlón perfectamente, no ganarlo, así que animé a mi sobrino Álvaro a hacerlo conmigo y al final se vino toda la familia a ayudarme, unos me llevaban la bici, otros cuidaron de mi hijo...». Los 500 metros de natación, 18 kilómetros de BTT y 2.500 metros de carrera a pie del triatlón cross de Ulzama los completó en 1.06 horas. Fue la más rápida y en lo más alto del podio posó con Aleix.

Antes de ser madre entrenaba las tres disciplinas a diario. Ahora, en cambio, se conforma con una. «El parto no me supuso un trauma físico, casi no me creo que esta criaturita ha estado dentro de mi tripa. Me recuperé muy rápido, igual es por el deporte...», declara María.

La realidad, al margen de la curiosidad de la victoria, es que compaginar deporte y maternidad «resulta muy complicado». «Aleix exige las 24 horas del día, no solo la mañana, también la noche, y no puedo descansar como antes. Algún día que entreno por la mañana pienso en echarme la siesta y no puedo, así que para las nueve quiero meterme en la cama y tampoco puedo», confiesa María.