La historia se repite en Anguiano

El Calahorra y su entrenador eran conocedores de la dificultad que implicaba jugar contra un equipo tan correoso como el Anguiano en un terreno de juego con las singularidades y condicionantes que tiene Isla. Había que aprovechar que el campo estaba mejor al principio así como sacar el máximo rédito al viento a favor. No tardaron más de cuatro minutos en unir las piezas para noquear al rival en el primer córner botado del día. Chus Villar se colocó en el punto de penalti para rematar con templanza el balón al fondo de la red.

Los rojillos siguieron incidiendo en campo ajeno con un nuevo saque de esquina que intentó ser olímpico pero que terminó sobre la portería, al igual que el disparo desde fuera del área de Facu que salió por encima del travesaño. Tras estos minutos explosivos del Calahorra, el Anguiano por mediación de Ayoub optó por la profundidad en banda para zarandear la defensa contraria y ver puerta. Sin embargo, el disparo del extremo no gozó de la puntería idónea y se perdió por línea de fondo.

La alternancia en la posesión no permitió ver grandes ocasiones hasta el final del primer tiempo. Sobre todo, del lado visitante. David Aparicio probó suerte con el balón parado pero Roberto atajó el balón con su cuerpo antes de que Chus Villar fuera a por el segundo de los rojillos con un centro lateral que buscaba a un compañero que rematase a placer pero fue Álvaro el que se adelantó para acabar la jugada.

La vuelta de los vestuarios estuvo marcada por el gol anulado por fuera de juego del Calahorra. El tanto no subió al marcador y el Anguiano apretó para ser el siguiente en anotar. Los serranos fueron ganando metros minuto a minuto a la vez que su entrenador iba metiendo más pólvora en la delantera. Badr puso un libre directo en el borde del área, que remató Ale Santos a las manoplas de Razak, minutos antes de que Moha se librase de su marca pero errase por poco en su disparo ajustado al primer palo.

Salió Manu Calvo por Badr teniendo en sus botas una de las más claras del partido en un mano a mano con el portero rojillo que no obtuvo premio. El Anguiano y su hinchada sentían dentro de sí que el tanto del empate estaba cerca. Los acercamientos eran muy claros y el esfuerzo de los jugadores era máximo con muchos de ellos, como Medrano, adelantado las líneas. El defensa se hizo con el dominio de la bola dentro del área mientras uno de los defensas calagurritanos sacaba su pierna para impedir la carrera. Cayó al suelo reclamando un penalti clamoroso, que tampoco fue reconocido al igual que había ocurrido minutos antes con un nuevo intento de Moha.

El Anguiano rugió y sacó su rabia en forma de ataque constante pero faltaba el gol. Salieron al campo Gabi Lizárraga, que debutaba con la elástica serrana, y Urrecho como el revulsivo necesario que demandaba el partido. Y la presencia del futbolista se hizo valer cuando Medrano, que volvía a meterse en área, le asistió hacia a atrás para no errar en el potente disparo que puso las tablas en el marcador. Querían más los serranos mientras los rojillos pedían la hora pero no hubo tiempo para más, tal y como pasó meses atrás en La Planilla.

Era la primera visita de Iván Ruiz como preparador del Calahorra a Isla y su opinión sobre el terreno de juego de Anguiano fue enormemente dura. «Es el peor campo de los cinco grupos que he podido ver con diferencia», aseguraba el entrenador rojillo. Para él, el estado del tapete, sobre todo al final del partido, fue determinante para el rendimiento de los suyos. «Este tipo de escenarios te obliga a hundirte un poco, es difícil que la gente entienda esto pero también tenemos que competir aquí». Lo hizo mejor el Calahorra en un primer tiempo «en el que hemos sido infinitamente superiores, no nos han tirado a puerta prácticamente», analizó. Sin embargo la cosa cambió con la reanudación: «ellos se han venido arriba y nosotros nos hemos hundido en exceso».

El empate, pese a querer más, fue positivo para Iván Ruiz ya que «nos permite salir de esas dos derrotas consecutivas». Habló las buenas sensaciones del equipo y del objetivo de «ir sumando, claro que preferimos de tres, pero hay que ser consciente de que siempre es importante».

Empate con sabor amargo. Así es como define Héctor Blanco el partido disputado ante el Calahorra que comenzó con el tempranero gol de los rojillos. «Nos marcan en el minuto 4 y eso ya te condiciona durante una primera parte en la que nos hemos demostrado nuestro mejor nivel». Sin embargo, el entrenador serrano ajustó las posiciones y movió el banquillo para «ganar intensidad». Resultó efecto ya que a partir de ese momento su equipo «fue muy superior al rival pero las decisiones arbitrales vuelven a perjudicarnos». Para él y su vestuario las faltas acometidas sobre Moha y Medrano fueron «escandalosas».

«Nos vamos con sabor agridulce, queríamos haber ganado», lamenta Urquía destacando que un rival como el Calahorra, «con un presupuesto infinitamente más grande que el nuestro, no nos ha ganado ni en la ida ni en la vuelta».