El último baile en casa

El Ciudad de Logroño no quiere distracciones. Mucho más en una tarde de emociones ya que el conjunto que dirige Miguel Ángel Velasco se despide del Palacio el día que el capitán Edu Cadarso dice adiós como jugador franjivino antes de marcharse al Chartres, después de diez años. Se espera que los sentimientos broten después del partido, cuando se lleven a cabo los manteos a quienes no seguirán el año que viene: el mencionado Cadarso, Juan Palomino y Edu Ortiz, que no podrá jugar afectado por la hernia inguinal.

Pero para que ese momento sea de disfrute, antes el Logroño debe vencer a un equipo santanderino que juega muy suelto. «Están jugando muy bien», apunta Velasco. «Es un equipo que hace un buen balonmano, que prepara los partidos y lógicamente para nosotros es una final, un partido muy importante porque no queremos sorpresas», agregó el técnico segoviano.

El objetivo de los riojanos es lógicamente llevarse los dos puntos en juego, pero también hacer un buen partido para dejar una buen imagen en el aficionado, que siempre se queda con el último recuerdo. «No debemos empañar la temporada que está haciendo el equipo. Todos somos conscientes de ello y tenemos muchas ganas de hacer un buen partido», observa un Velasco al que le une una gran amistad con Rubén Garabaya, con el que no habla desde hace unos días.

El Sinfín es un equipo que después de certificar su descenso juega con más desparpajo. No tiene nada que perder. De esta forma, imprime bastante ritmo a los encuentros, sobre todo cuando juega con los jóvenes como Marcos Domínguez o Gustavo Alonso, hijo del expivote del Ciudad de Logroño el primer año en Asobal.

El Sinfín también maneja recursos, como el ataque con siete jugadores. «Hemos preparado el partido un poco para todo, para las alternativas defensivas que nos puedan proponer. Tenemos que ser conscientes de que no nos tenemos que fiar, que es una final, más allá de mirar la clasificación, porque nos podremos confundir», advirtió el míster.

Sobre todas las cosas, Velasco quiere que su equipo juegue tranquilo, con seriedad defensiva, que es lo que le está funcionando en esta segunda mitad de curso. «La clave es seguir mostrando un gran nivel defensivo de los últimos partidos y a partir de ahí darle el ritmo al partido, poder correr y que todo el mundo esté preparado al cien por cien para hacer un buen partido».