Un triunfo en treinta segundos

La puesta en escena riojana fue casi inmejorable. Todo parecía funcionar. Ledo paraba, la defensa mordía, el equipo corría y conectaba con Uríos con facilidad, y David Cadarso sumaba sin fallo desde los siete metros (4 de 4). Los de Velasco encontraban la portería contraria y, antes de llegar al primer tercio del encuentro, ya había conseguido una importante renta de cinco goles (8-13). Los logroñeses incluso no parecían sufrir en inferioridad (cuatro exclusiones en la primera mitad).

Nacho Moyano buscó un cambio desde atrás, con una defensa avanzada para incomodar a un cuadro franjivino que se mostraba especialmente cómodo sobre la cancha del siempre animado O Gatañal. Y sirvió a los gallegos para cambiar el paso del Logroño, que empezó a tropezar y a toparse con el exfranjivino Jorge López. Además, cuatro goles seguidos del Cangas igualaron el choque. Al menos, Pergel permitió a los suyos alcanzar el descanso con la mínima ventaja en el marcador (16-17).

Los riojanos pecaban, como en la primera jornada ante el Torrelavega, de la irregularidad que le castigó con la derrota en el estreno liguero. Tenía que buscar la continuidad perdida el Ciudad de Logroño y el paso por vestuarios llegaba en un buen momento para bajar los ánimos locales, recapitular y recordar las cosas que se habían hecho bien durante los veinte primeros minutos.

Con el retorno a la pista, el partido tomó mucho ritmo pero eran los gallegos los que parecían sentirse más a gusto en esa velocidad. De hecho, los locales se pusieron por delante y, pese a la igualdad, eran los que se mostraban más animados. El 5-1 se les seguía atragantando a los de Velasco y, para sumar males, Xavi Tuà se dañaba el tobillo, por lo que un descolocado Ponciano tuvo que ocupar su puesto en el extremo. Y se notó. El Cangas, por contra, se crecía con un Jorge Pérez iluminado en la portería y con Mads Thymann Hansen inspirado en ataque.

Salim Mezaza debutó con los franjivino y lo primero que hizo fue detener una pena máxima. Cada tanto era un triunfo, pero salía perdiendo el Logroño, que vivió la expulsión de Uríos por roja. Se ponía la cosa muy fea para los riojanos, dos goles por debajo con solo cuatro minutos por delante (29-27). Y agotó sus tiempos Velasco.

Los nervios se notaban en los visitantes, presionados por la cuenta atrás, pero Zaja y Modi igualaban a 29, con un minuto por delante. El que marcara se lo llevaba. Paró Ledo el tiro de Hansen. Y Preciado, poco querido en O Gatañal, marcó en el último segundo para firmar un triunfo que pareció escaparse durante muchos minutos de la segunda mitad.