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Como en las películas americanas, al final el bueno siempre gana. Este sábado, el Ciudad de Logroño ha sido el protagonista de un western que puso en vilo a un Palacio de los Deportes que vivió todo tipo de sensaciones y que acabó celebrando el ... triunfo del bien sobre el mal: el del balonmano contra algo que, pese a ser legal, afea el espectáculo. Y si el dúo arbitral se lo permite, como ayer, la escena roza lo dantesco. Pero, por suerte para el Logroño y para el balonmano, ganaron los locales, que recortaron distancias con el equipo alicantino y aprovecharon el empate de Cuenca en casa frente al Torrelavega para poner medio pie en Europa. Un angustioso triunfo (34-31= pero que se saborea doblemente.
Y eso que el Ciudad de Logroño fue de menos a más en la primera parte. Le costó cinco minutos a los franjivino meterse en el partido y seguir con el plan trazado de antemano: intentar robar balones al ataque alicantino de siete hombres para lograr goles fáciles. Un balonmano que acaba siendo tedioso. Pero cada uno a lo suyo.
Y con ese estilo a veces efectivo, el Benidorm se puso a comendar un encuentro lento y con muchos goles. La defensa local poco a poco fue encontrándose cómoda y comenzó a complicar a Nacho Valles y compañía. Solo el argentino James Lewis Parker lograba sumar desde los once metros. Tras empate de un Casado muy inteligente, el Ciudad de Logroño empezó a comandar el electrónico en su mejor momento defensivo. Con un Serradilla muy despierto y un veloz Rubiño, los locales volaron y en un abrir y cerrar de ojos abrieron una renta que llegó a ser de cinco goles (15-10) para el minuito veinte de partido.
Llegaron los recambios y el equipo riojano dio un pequeño paso hacia atrás sin Casado como guía espiritual. El Benidorm siguió a lo suyo y recortó distancias (16-14) en solo cinco minutos.
En la segunda parte, pocas cosas cambiaron. Los locales comandaron con rentas de dos goles hasta que una sucesión de errores permitió al Benidorm empatar (23-23). Quedaban quince minutos por delante y el Logroño sacó a relucir su paciencia e inteligencia. Supo sufrir el bloque franjivino, pero reivindicó su balonmano. Un juego que le permite seguir soñando con la EHF Liga Europea.
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