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A Silvia Ederra (Estella, 8/09/1983) le apodan 'La Roca' en el mundo del balonmano por algo. Cuando jugaba en Castro Urdiales sufrió un accidente de coche y una operación de hernia de disco le dejó sin fuerza en las piernas. El Sporting le ... acogió y en Logroño se recuperó para fichar posteriormente por el Bera Bera, donde logró sus mayores éxitos deportivos. De vuelta a Logroño, afrontaba con muchas ganas la temporada de regreso a la Liga Guerreras Iberdrola cuando un cáncer de ovarios se cruzó en su camino. El pasado miércoles, cinco meses después, regresó a las canchas para alegría de su gente y de toda la familia del Grafometal.
– Ya está de vuelta y además jugando casi todo el partido. ¿Se lo esperaba?
– Pues no, pero me tocó dar el do de pecho y estar ahí casi todo el partido (risas).
– El Grafometal está siendo el equipo revelación. ¿Cómo lo ven desde dentro?
– Hemos mantenido el bloque y eso ha sido uno de los puntos a favor. Estamos salvando partidos un poco por el bloque, el equipo, la piña, y hemos hecho algunas incorporaciones que además están aportando un toque de calidad.
– La clave está en la continuidad...
– Sí. Creo que a otros equipos les está costando más acoplarse y nosotras estamos aprovechando nuestra oportunidad.
– Viendo la clasificación, en la mitad de la tabla y con buenas sensaciones, ¿el objetivo de la permanencia se queda corto o tienen los pies en el suelo?
– No queremos fijarnos en la clasificación, queremos ganar cada partido, estar lo más arriba posible. El primer objetivo sí que es la permanencia, pero viendo cómo va yendo la trayectoria, tenemos que ser más ambiciosas e intentar quedar fuera del 'play down'. Si quedamos novenas, bien. Y si ya quedamos en 'play off' sería un premio, la mejor clasificación de la historia.
– Parece que el Sporting ya tiene un ADN claro: buena portería y defensa férrea.
– Tenemos una defensa bastante dura en el 6-0, y ya el año pasado fuimos de las menos goleadas, lo que pasa que luego nos cuesta un poquito más en ataque. La portería es excepcional, está Geandra de titular pero Maitane también. ¡Es imposible meter los goles en los entrenamientos!
– Bera Bera, Itxako, Castro Urdiales... ¿qué tiene el Sporting La Rioja que le hace especial para usted?
– El Sporting me ha servido como lugar de recuperaciones. En 2011, cuando estaba en Castro, tuve un accidente y me tuve que operar de la espalda. Vine aquí, jugué media temporada y luego ya di el salto a Bera Bera. Diego (Molia), me volvió a llamar otra vez y vine. Cuando la pandemia decidí dejarlo, con 38 o 39 años. El Sporting subió a División de Honor, me llamaron a ver si les podía echar una mano y decidí que sí. Y ahora otra vez me he tenido que operar y otra vez es un poco mi punto de inflexión. Al final, pienso que tengo 41 años y aún sigo dando guerra (risas).
– ¿Esta temporada tienen mejor plantilla que la primera vez que intentaron la permanencia en Iberdrola?
– El año pasado, en División Oro había un nivel bastante alto, con desplazamientos complicados. La vista está que el año pasado en muchos partidos ganamos de uno, perdimos de uno, empatamos. Y eso te hace rodarte y te pone al nivel de lo que es luego es la División de Honor.
– Sin caer en el amarillismo, hasta lo que usted quiera, háblenos de su tumor. ¿Cómo se entera?
– Es gracioso como me entero. Estaba trabajando en Pamplona haciendo declaraciones de la renta y notaba como si tuviera gases, una presión en el estómago. No me parecía como para ir a Urgencias, pero por insistencia de la familia y porque no remitía acabé yendo. Y allí me dicen que tenía un quiste.
– Y luego...
– Pues en unos análisis posteriores me dicen que lo que era un quiste se convierte en un tumor de 19 centímetros. Claro... mi mundo se cayó.
– Y llegó la operación.
– Sí, el 19 de agosto. Me abrieron como una cesárea pero en vertical. Todo salió bien. La gente está entre una semana y tres ingresada y yo para el tercer día estaba casi bailando en la habitación.
– ¿Y en quién se apoya una en estos momentos?
– En la familia, me han ayudado a muerte (los ojos de Silvia se humedecen). Ha habido muchos momentos de incertidumbre, que es lo peor de todo, pero siempre han estado ahí. Creo que aún no soy consciente por completo de todo lo que he pasado.
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