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El Campus Promete sufrió la segunda derrota del curso, de nuevo como visitante, ante el Kutxabank Araski por 53-47 en un choque de escaso pulso ofensivo pero en el que mantuvo sus opciones hasta los instantes finales. El conjunto de César Aneas, muy castigado ... en su juego interior, vivió y murió desde el triple y a punto estuvo de «rascar» un resultado positivo. Las riojanas acabaron con un pobre 16 de 71 en tiros de campo y con más canastas anotadas de tres que de dos (9 por 7). Toca ahora centrarse en el choque aplazado del próximo miércoles ante el Ensino, el más trascendente para el conjunto logroñés hasta el momento.
Le costó encontrar el aro alavés a las riojanas pese a lograr posiciones liberadas de tiro. Una canasta de Paula Estebas en seis minutos era el pobre balance ofensivo del Promete. Poco mejoró en los siguientes minutos del cuarto inicial, con un triple de Ayuso y un tiro de Knezevic para completar un pírrico porcentaje de 3 aciertos en 19 lanzamientos. Sin embargo, el Araski no estaba mucho mejor y se cerraba el primer acto con una desventaja importante pero ni mucho menos definitiva (15-7).
La oscuridad cambio de lado en un instante, en el minuto entre cuartos. De repente, al Promete se le abrió la canasta contraria. Tres triples consecutivos de salida metieron de lleno a las de Aneas en el choque y otro de Burani puso por primera (y última) vez a las visitantes por delante (19-21). Estaba claro que el Campus Promete iba a morir apostando por su juego. Poco antes, Kovacevic daba el susto. En un rebote con Seda, la poste rival caía sobre la montenegrina, que quedaba tendida varios minutos sobre la cancha y era retirada en camilla. Mientras tanto, era Tanaya Atkinson (10 puntos y 10 rebotes en la primera mitad) la que sostenía a las de Made Urieta. Un nuevo triple, esta vez sobre la bocina de Txell Alarcón, mandaba el choque al descanso igualado a 24. Muy bajos guarismos ofensivos y un asalto para cada uno de los contendientes.
Le sentó mal el parón al Promete, que se dejó el tino en el vestuario, con Ayuso y Nogic especialmente desacertadas. Ocho minutos y solo dos puntos de Burani. Menos mal que las vitorianas tampoco encontraban la claridad cuando cruzaban la media pista. Sin embargo, con poco el Araski abría un hueco que comenzaba a preocupar (35-26). Cuatro puntos consecutivos de la base visitante antes de entrar en el último periodo mitigó el daño y dejaba abierto el marcador. Las vascas equilibraban más su balance exterior-interior, mientras que las logroñesas lo basaban todo a su lanzamiento desde la larga distancia. Notaba Aneas la ausencia de Diarra, la lesión de Kovacevic y las tempranas faltas de Geldof, que dejaban muy desasistida a la pívot argentina del cuadro riojano.
Burani asumía la responsabilidad con ocho puntos consecutivos de distinto calibre y, pese a todo, el Promete seguía vivo (43-41).
La idea previa de mantenerse con opciones hasta los últimos minutos de Aneas para entonces intentar asaltar Mendizorrotza se cumplía.
Era tan limitada la renta local y tan escasa la puntería que una corta concatenación de aciertos podía resultar concluyente. Ni a Araski ni a Promete se les veía con demasiada confianza. Estaba tan extraño el choque que Seda, una cinco a la que cuesta mucho alejarse de las proximidades del aro, anotaba un tiro cercano al triple que daba cuatro puntos y una distancia de dos ataques a poco más de un minuto y medio para el final. Otra canasta suya en su zona de confort, tras rebote ofensivo ya parecía definitiva (49-43). Alonso de Armiño dio la puntilla culminando una jugada de fondo aprovechando un error defensivo.
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