El BM Logroño da un golpe de autoridad en El Sargal

El primer tiempo del Ciudad de Logroño fue casi inmaculado. Con una defensa dura, una portería muy segura y un ataque fluido y combinativo pasó por encima del Cuenca en El Sargal, que poco a poco fue silenciándose. Después de un inicio con mucho ritmo, donde Ponciano –que regresaba a la que fue su casa durante siete temporadas– y Fede Pizarro marcaron el ritmo anotador, el equipo de Miguel Ángel Velasco empezó a marcar diferencias.

Lo hizo gracias a una defensa compacta que anuló a la primera línea conquense, donde Pablo Simonet y el francés Aurelien-Morgan se atascaban. También entró en escena Joan Ledo con algunas intervenciones que se tradujeron en goles al contraataque (5-8, minuto 11).

Cierto es que el Cuenca que saltó a la pista este domingo en El Sargal es muy diferente al que le ganó al equipo franjivino en la primera vuelta. Las lesiones han percutido en una plantilla amplia pero que Europa dejó muy tocada. Así, no fue de extrañar ver al primera línea Teixeira jugar en el pivote. Cosas del balonmano. Pese a ello, los locales se aferraron a la pista y fueron haciendo la goma, aunque las sensaciones que desprendían uno y otro equipo eran diametralmente distintas: Logroño jugaba con regularidad y Cuenca con altibajos.

De esta forma, los riojanos empezaron a abrir hueco gracias a las paradas de Ledo –diez en esa primera parte– y a los goles de Ponciano, Rivero, Xavi Tuà, Uríos y David Cadarso, intratable desde los siete metros. El equipo de Velasco le daba continuidad al juego y solo un tanto de falta directa con el reloj parado de Tavares le dio un hilo de esperanza al conjunto local (13-19), que salió a la pista tras el paso por vestuarios con otro ánimo.

El Cuenca abrió su defensa, primero con un 5-1 y luego con un 4-2, lo que atascó la fluidez del bloque riojano, que pareció perder un poco de fuelle. Además, Ledo bajó un poco la eficacia y el equipo conquense recortó distancias. De a poco, con los goles de un gran Fede Pizarro, Hackbarth y Simonet, el Cuenca fue limando diferencias, lo que obligó a Velasco a quemar un tiempo muerto.

Aurelien-Morgan colocó a los suyos a dos tantos (28-30, minuto 50) y el pabellón resurgió de las cenizas. Fue el momento en el que el Ciudad de Logroño empezó a gestionar como equipo grande el partido. Volvió a aparecer la figura de Ledo y entre Edu Cadarso, Xavi Tuà, Uríos y Palomino mantuvieron las diferencias de tres y cuatro goles hasta el final para celebrar un triunfo importantísimo que mantiene al equipo riojano en zona europea con un colchón de 4 puntos.