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Se acaba la Liga para el Ciudad de Logroño. La más larga y complicada en su historia. Una competición plagada de dificultades por culpa de la pandemia que obligó a los franjivino a aplazamientos, desconexiones y tres confinamientos que se resumen en un aislamiento ... de más de un mes de duración. Termina una temporada en la que el equipo riojano ha ido perdiendo piezas en el camino: Gianluca Dapiran, que ni siquiera comenzó la campaña; Domen Sikosek (que se despidió por partida doble); Jordan Bonilauri; Oswaldo Maestro (por una lesión que le dejó en el dique seco todo el curso); Gabriel Ceretta, lesionado desde el parón navideño, y Antonio Serradilla, que se ha perdido el último tramo de curso por culpa de un problema ocular.
Sin embargo, y pese a todas las piedras que se ha encontrado por el camino, los de Miguel Ángel Velasco llegan a este encuentro con cosas por las que luchar. Nada menos que jugar la Copa EHF es el premio que está en el horizonte franjivino. Y todo ello en un día muy especial para el club, pues es el último en el de Rubén Garabaya, que se marcha en unos días a China.
Pero para poder disputar competición europea, el cuadro riojano debe ganar esta tarde (16.30 horas) al Bada Huesca, el equipo revelación de la temporada, que cuenta con la inmensa virtud de no haber sufrido ningún confinamiento a lo largo del año. Pero no le basta con ganar por la mínima a los de Velasco. Para hacerse con la cuarta plaza es necesario vencer a los oscenses por dos goles o por la mínima, pero con un resultado inferior al 30-29 de la primera vuelta. Y si quiere apuntar a la tercera plaza, los franjivino necesitan una victoria por seis goles..., y que el Granollers no sume más que una victoria en los tres compromisos que tiene –Bidasoa, un Guadalajara que se juega la permanencia y el Ademar–. Complicado, como ha sido la temporada, pero no imposible.
El conjunto riojano llega a este encuentro muy justo de fuerzas después de una temporada que se le ha hecho muy larga. Demasiado. Pero con el ánimo de despedirse de la afición dejándose la piel y con un triunfo que le permita soñar con Europa. La clave del encuentro será encontrar regularidad en el ataque.
Enfrente tendrá a un Huesca que ha sido la sorpresa de la Asobal. Un equipo que juega un buen balonmano con una defensa profunda que presiona la ofensiva rival. Cuenta, además, el bloque oscense con extremos veloces como Adriá Pérez o Carmon,a que juegan bien al contraataque. En el posicional, Sasha Tioumentsev, Alex Marcelo (tío de Agustín Casado), Joao Pinto o el pivote Iván Montoya son sus armas más peligrosas.
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