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El Ciudad de Logroño tiene en su armario mil caras. Distintas facetas que saca a relucir dependiendo de su estado de ánimo. Después de mostrarse como un equipo aguerrido, intenso y combativo el martes ante el Barcelona, el bloque franjivino se presentó en Guadalajara como un equipo timorato, sin ideas y demasiado romo como para ganar al colista de la Liga Asobal, que supo plantarle cara a los riojanos, que se llevan de tierras alcarreñas un punto que sabe a muy poco.
Porque el Ciudad de Logroño empezó muy centrado y con ganas de comerse el mundo. O eso parecía. Intenso en defensa, en los primeros seis minutos robó tres balones que le permitieron abrir las primeras diferencias en el marcador (2-4) ante un Guadalajara que regresaba a su color morado después de utilizar, en las primeras jornadas, el amarillo. El conjunto de Juan Carlos Requena se mostrada endeble atrás mientras Ángel Rivero, Antonio Serradilla y e Ismael El Korchi marcaban el ritmo del partido.
Sin embargo, todo empezó a torcerse para el conjunto riojano. Sasha Markelau se debió torcer el tobillo maltrecho con el que llegaba al partido y dejó su lugar a Jorge Pérez, que no tuvo fortuna en esos primeros treinta minutos. En ataque, Antonio Serradilla, que tuvo un solo duelo que perdió con su hermano Alberto, también dejó de jugar. Y Leo Dutra saltó al rectángulo de juego bastante errático.
Los recambios no parecían funcionarle a Miguel Velasco. Preciado entró demasiado frío y nunca pudo conectar con Javi García, que también reapareció después de una larga lesión de hombro. El castillo franjivino de los primeros minutos se desarmaba en los últimos parciales y del 8-11 en el minuto 22 se llegó al descanso con 14-11 con un 6-0 inapelable de los hombres de morado, que tuvieron en Dani Santamaría un baluarte bajo palos.
Por contra, Jorge Pérez tocaba poco cuero. Demasiado poco para un equipo que pretende jugar en Europa. Aun así, el Ciudad de Logroño se volvió a enganchar en el encuentro en ecuador de la segunda parte gracias a El Korchi, que aprovechó una superioridad y después de un robo defensivo lanzó desde su propios seis metros para lograr el 19-19.
La defensa parecía otra muy distinta a la del primer tiempo. Tito Díaz, Francisco Silva y Hamzic ya no jugaban tan cómodos. Tampoco lo hacían los riojanos en el otro extremo del parqué. Los franjivino parecían espesos, no conectaban con el pivote y no lograban penetrar la retaguardia compuesta por Llorens y Dorado, que protestó airadamente su segunda exclusión con un cuarto de hora todavía por jugar.
CÍVITAS GUADALAJARA
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CIUDAD DE LOGROÑO
Árbitros: Oriol Álvarez y Raúl Escoda
La imagen de los hombres de Velasco era el de un equipo agotado, sin ideas ni recursos. Pese a todo Mamadou Diocou, menos vertical que otros partidos, lograba poner arriba a los franjivino en el marcador desde los siete metros (21-22). Quedaban por delante ocho minutos.
Tiempo suficiente como para que ambos equipos se repartan más errores que aciertos en esos minutos finales. Lo pudo ganar Logroño, pero Serradilla se equivocó. Entonces, lo tuvo el Guadalajara, pero fue Tito Díaz y Francisco Silva los que cometieron los errores.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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