«Me gusta dar un pase más, hacer jugar al equipo y, si puedo, meter mis goles»

Un central a la vieja usanza pero que solo ha visto 18 primaveras. El almeriense Luis Juárez se entrena desde la semana pasada con el Ciudad de Logroño después de disputar el Europeo con los Hispanos Juveniles. «Estoy muy bien, con los compañeros, el equipo, la dinámica... muy contento», afirma un central que se va haciendo con la meteorología del norte.

«Soy un jugador de equipo al que le gusta un pase más, hacer jugar al equipo y, si puedo, meter mis goles», señala un Juárez que se ha visto muy influenciado por su tío Edu Fernández, expivote internacional y hoy entrenador del Cherburgo. «Me fijé en muchos centrales de su época y su juego me gustaba mucho». Jugadores como Chema Rodríguez, Víctor Vigo o el propio Miguel Velasco, compañero de su tío en Valladolid.

Luis Juárez disputó sus primeros minutos con la camiseta franjivina el viernes pasado en Santander ante el Sinfín. Todavía le falta madurar al primera línea andaluz y hacerse con una liga como la Asobal, pero las sensaciones son muy buenas durante estos días, en los que trata de empaparse de la táctica del equipo.

Y el recibimiento en el vestuario ha tenido mucho que ver en esa adaptación. «Pensé que iban a ser más serios, pero no. Muy buen equipo, me hicieron estar muy cómodo desde el primer día y estoy muy contento de estar con ellos.

Los objetivos que le han marcado desde el club riojano son ambiciosos. «Hay que ganar todo lo posible y no relajarse, así que vamos con esa mentalidad». Su llegada a Logroño también viene motivada por los consejos de su tío. «Me aconsejó que Miguel Velasco era muy buen entrenador para los centrales y, además, porque Logroño es un equipo que siempre está en los puestos de arriba de la liga», apuntó.

Es que Edu Fernández ha tenido mucho que ver en que Luis Juárez se convirtiera en un jugador de balonmano. «Siendo jugador profesional me ayudó mucho, me ha guiado en el camino y le estoy muy agradecido». Fue en el colegio donde empezó todo. Y solo tenía cuatro años.

De la carrera de su tío solo pudo disfrutar la etapa del Atlético de Madrid, justo antes de marcharse Francia. Ahora le toca a él escribir su propio camino.

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