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Dos ascensos ha conseguido el Grafometal a la Liga Iberdrola en su historia. Y no han podido ser más diferentes. El del sábado pasado fue una clasificación directa, al final de la temporada regular, tras un partido que siempre tuvo controlado. El de hace dos ... campañas fue tras una agónica fase de ascenso en Lanzarote. Pero hay alguna coincidencia entre ambas, concretamente cinco: tres jugadoras –Carla, Taty y Andrea–, el segundo entrenador –Dani Berbés– y el fisio –Pablo Ramírez–. «El primer ascenso siempre es especial, y el nuestro más porque era después de muchos intentos fallidos. Siempre estaba cerca pero no se conseguía, y el año en el que menos se contaba con nosotras, lo logramos», recuerda Taty Lozano.
«El ascenso de Lanzarote se vivió más porque en una fase de ascenso te juegas todo en un fin de semana y sabes que no puedes fallar», confirma Carla Rivas, una de las veteranas de la plantilla tras siete temporadas en Logroño.
El del sábado fue un partido muy especial para toda la familia del Grafometal, pero un poco más para Andrea Loscos, que cumplía años: «Yo me levanté y sólo decía, ¡por favor, que salga todo bien! Y la verdad es que fue un día muy bonito. Y el hecho de poder celebrarlo aquí, en casa, ante tu gente, es muy especial».
Dani Berbés vivió su primera fase de ascenso en Lanzarote. Allí, el Grafometal subió a la Liga Iberdrola por primera vez. «Es una sensación agobiante, jugarte todo en tres días, en tres partidos, sin margen para el error. Y todos concentrados en el hotel, pensando en balonmano las veinticuatro horas... El del sábado fue más relajado (risas)», compara.
Todas las jugadoras pasan por las manos de Pablo Rodríguez, que ya suma diez años en el club. Ha vivido de todo. Incluidos dos ascensos. «El primero fue muy angustioso por todo lo que conlleva un sector. El de sábado fue muy bonito por el hecho de lograrlo en el Palacio, con tu gente en la grada», confiesa.
Carla Rivas ha jugado unas cuantas temporadas en Iberdrola con su anterior destino, Porriño. Para la gallega, el salto de categoría de este año es menos acusado: «En División Honor Oro todos los partidos han sido complicados. No así como en Plata, que había unos pocos partidos competitivos y el salto a Iberdrola era mayor».
Han pasado dos años de diferencia entre un ascenso y otro, pero en la plantilla del Grafometal solo Carla, Taty y Andrea pueden presumir de tener dos muescas en el revólver. Cada ha vivido este tiempo de una manera diferente.«Llegué a Logroño en una mala racha personal y el club y las compañeras me ayudaron a recuperarme», confiesa Andrea Loscos. Para Taty, sin embargo, no hay mucho cambio: «Sigo siendo la misma. La misma que se pone nerviosa antes de cada partido (risas), pero que una vez que empieza, siempre estoy igual».
Con la Liga Iberdrola a la vista, toca confeccionar la plantilla más competitiva posible. «Que continúe el entrenador y un buen bloque será importante», reconoce Taty. «Ya no es un salto al vacío, como el primer ascenso. Ahora tenemos un año de experiencia», recuerda Dani Berbés.
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