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En una rueda de prensa muy emotiva en la que estuvo presente toda la plantilla del club, Juanjo González, ya exentrenador del Grafometal, se ... despidió del equipo, el club y la afición, explicando las razones de su salida de un equipo que está luchando por la permanencia y que el sábado afrontará un duelo vital en casa de un rival directo como el Morvedre. «Cuando llegué a esta ciudad (hace poco más de dos años y medio) mi intención desde el primer momento fue que el equipo se afianzase en competición la División de Honor por la cantidad de años que el club intentó lograr el ascenso y por fin logró en Lanzarote», dijo. «Pero en una temporada de inexperiencia, quizás, en la que se desciende, me siento en deuda con este club y junto al presidente decidimos intentar desde la Liga de Oro el ascenso con la confianza total por parte de ambas partes con la consiguiente renovación», explicó.
Después de conseguir el ascenso, González indicó que se sintió con ganas de iniciar «otro proyecto» en la máxima categoría del balonmano femenino, con un contrato conocido como uno más uno, dependiendo si el equipo conseguía la permanencia. «Con un inicio ilusionante, el equipo termina la primera vuelta en puestos nobles de clasificación, ilusionando a la afición en un año en el que parece que no va a haber problemas para mantener la categoría. Pero encadenamos ocho derrotas seguidas, más la eliminación de Copa, y lo que era plácido en el juego pasó a ser una tempestad de resultados. El último partido del día 23 de marzo contra Gijón, rival directo, que nos podía dar un margen de tranquilidad de cara al futuro, no fuimos capaces de sacarlo adelante por lo que ante esta situación me reúno con jugadoras, cuerpo técnico y presidente y no contemplo otra posibilidad que dimitir como técnico», prosiguió.
«Esta decisión, muy dura para mí, no es fruto de un calentón del momento sino de factores deportivos que me hizo mantener esta dimisión incluso cuando hubo conversaciones posteriores con el presidente para que no tomase una decisión tan radical, que descansase y seguro saldría todo hacia adelante», apuntó el cántabro. «El equipo necesitaba un cambio, un aire nuevo que volviese a ilusionar a las jugadoras para retomar la senda de las victorias necesarias para salir de este bucle negativo que no eran merecedoras por lo bien que lo habían hecho anteriormente. Ante esta situación decido apartarme a un lado, anteponiendo siempre el club por encima de las personas», agregó.
En este sentido, aclaró que Diego Molia «no cesó a su entrenador sino que su entrenador entiende que ha de ponerse por delante, como siempre he hecho, para mantener a la plantilla tranquila dentro de las circunstancias y que se pueda liberar de ganar los próximos partidos, entendiendo que es la mejor decisión a corto plazo».
Agradeció entonces a Molia, como representante directo y máximo del referente del Sporting La Rioja «que confió en mi trabajo aunque le hubiesen dado palos». También tuvo palabras de agradecimiento a su cuerpo técnico (Dani Berbés, Iker Arribas, Pablo Ramírez y la médico Cristina Bayo) «que ha estado conmigo durante casi tres temporadas». También mencionó a Juanjo Acobi, responsable de prensa y encargado de redes sociales, «por la sensibilidad que ha tenido en mis momentos malos». «A Elena (del Álamo), mi compañera de autobús, siempre sacándome una sonrisa. Incluso a nuestro chofer, Fernando, que nos ha acompañado en todos los viajes. Y a todas las jugadoras que han pasado durante estas tres temporadas por el equipo, con especial atención a mis tres capitanas, Lore (Pérez), Carla (Ricas) y Tati (Lozano), que siempre han estado dispuestas a ayudar para que el rebaño no se desperdigara». Asimismo, recordó especialmente a Silvia Ederra, por «la lección de vida que nos diste a todos después de saber que te iban a operar de un tumor y volviste a luchar para volver a la pista. También gracias a la peña Orgullo Franjivino, por dar alegría y coraje a las jugadoras, a las personas que se acercaban también a ver al equipo aunque no estuviese bien».
«Pero sobre todo quiero agradecer a mi familia, mi mujer, mis hijos, que tan orgullosos han estado de sus padres en las buenas y las malas, y que tan lejos están de aquí», dijo. «Me despido con el deseo de que este año se cumplan todos los objetivos marcados y que siempre seré fiel seguidor del Grafometal y La Rioja», sintetizó.
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