EFE
Miércoles, 7 de diciembre 2016, 22:26
El Naturhouse La Rioja se ha impuesto este miércoles al Fraikin Granollers por 35-23 en un choque en el que los logroñeses han exhibido su mejor juego para romper el partido antes del descanso, en el que ya doblaban en el marcador ... a su rival.
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A pesar de ser el cuarto clasificado, el Granollers no compitió en ningún momento por el partido, pero no por demérito suyo, sino porque enfrente se encontró a un Naturhouse inspirado y superior en todas las líneas.
El Naturhouse, que debía ganar para conservar el segundo puesto, llegaba al encuentro después de dar una imagen pobre en sus últimos encuentros de Liga y tras un sobreesfuerzo en la Liga de Campeones.
Es decir, el Granollers tenía argumentos para tratar de "pescar" en Logroño; pero en apenas un cuarto de hora el equipo de Logroño dejó claro que hoy a los catalanes no les quedaría otra cosa que comprobar el potencial del subcampeón español.
Porque a pesar de hacer un juego correcto en ataque y en defensa, el Granollers solo pudo asistir a la "explosión" de Montoro -en su mejor partido desde que llegó a Logroño, con 5 goles antes del descanso- y Langaro (4).
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Los dos laterales lideraron el juego de ataque riojano y resolvieron con acierto todas las jugadas en las que el esfuerzo defensivo de los visitantes parecía que iba a dar fruto.
Además, en defensa, el Naturhouse exhibió una intensidad impropia de un equipo "agotado" físicamente y eso terminó de decantar el partido en contra de un Granollers que solo veía espacios en el extremo derecho, con un Cabanas acertado.
El choque se definió a partir del primer cuarto de hora, cuando el Naturhouse empezó a "estirar" el marcador, en el que siempre había mantenido tres goles o más de renta.
Primero fue Langaro el que golpeó la portería catalana para poner el 12-7 ya en el minuto 20, y luego, Montoro, con dos goles, propició un 14-7 a falta de once minutos que hundió por completo al conjunto vallesano que, simplemente, no sabía como parar el partido.
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Con esa dinámica llegó el descanso, ya con un 18-9 más que revelador; y también así empezó el segundo tiempo, con un Naturhouse que quería más y un Granollers que no estaba en el partido y que pronto vio crecer la desventaja (23-10 a los 8 minutos).
Solo entonces, con todo resuelto, el partido cambió, tanto porque el Granollers arriesgó más para no sentirse humillado, como porque el Naturhouse bajó una marcha.
Esa dinámica permitió que el partido fuera vistoso hasta el final, pero más por cómo resolvieron cada acción los dos equipos que por cualquier emoción sobre el resultado, porque eso se había resuelto mucho antes.
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