El Natur reaparece en Benidorm

No esta vez, claro. Los riojanos han aguado la fiesta al gran Diego Moyano (500 partidos en Asobal con 45 años, nadie ha jugado con esa edad en esta liga) con un partido enorme, aupados sobre la figura gigante de su portero.

Porque si Moyano es historia viva de este deporte, Richard Kappelin es presente y futuro. Tremendo lo del sueco en Alicante, desquiciando a los locales en las escasas ocasiones que les daba una muy ajustada defensa, con Garabaya y Molina en plan mandón.

Benidorm duraba en el partido diez minutos, lo que aguantaba parando Moyano (4-4). Ahí el Natur cerraba la puerta, y los locales sólo iban a marcar dos goles en el resto de la primera parte. La superioridad visitante se fraguó, como suele ocurrir, en defensa y portería (qué ojeriza deben haberle cogido a Kappelin en el Illa de Benidorm) y se confirmó en ataque. En un buen día general volvía a brillar el juego con el pivote, en un día sobresaliente de Pablo Cacheda, muy suelto también a la hora de golear, hasta acabar con 5 goles.

Con esos mimbres, el Natur se fue, se fue. Hasta el 6-14 del descanso que, en realidad, dejaba poco a la imaginación.

Cobrando la deuda

Y poco a la reacción local, sobre todo porque los franjivino, que ganaban hasta las inferioridades, salieron a la segunda mitad con pinta de querer sangre. No es que nadie tuviera una cuenta pendiente con el Benidorm: el Natur se debía algo a sí mismo. Los de Jota necesitaban un buen partido para quitarse neuras de encima con vistas a la Copa que se viene, y a esos rivales que ahora están a solo tres puntos.

Así que la ventaja seguía creciendo, hasta los trece goles del 12-25, máxima renta. El Natur jugaba con su unidad B, pero ni aún por esas tuvo Benidorm ni opción de maquillar el resultado, parados en seco por una defensa y una portería que posibilitaron unos apabullantes 14 goles a la contra.

Demasiado, en fin, para el voluntarioso Benidorm. Pero el Natur necesitaba reaparecer en algún lado y, en fin, le tocó a los alicantinos. Que siga.