Batacazo cordobés

Hasta este sábado. El Naturhouse se vuelve de Córdoba con un sonoro batacazo, superado claramente por el Puente Genil, un equipo que puede no ser tan malo como para estar en la cola de la tabla, pero que hasta esta jornada ocupaba la antepenúltima posición.

Y ante ese equipo, el Naturhouse jugó un cuarto de partido. Y luego desapareció. Los cordobeses ganaron al final de cuatro (30-26) pero mandaron con suficiencia y entre cinco y seis goles ante un Naturhouse desesperante.

Desesperante en la defensa, pasiva, sin profundidad ni anticipación. Defender con la mirada no suele ser buena idea, y así el Puente Genil martilleó a placer: una docena de goles desde 9 metros son muchos si el rival no es el Kiel. Y no lo era. Como la portería tampoco estaba en el partido, no hubo reacción posible.

Desesperante en ataque. Ya son demasiados los jugadores que directamente no están. A Luisfe Jiménez se le sigue esperando, pero es que en el otro lado tampoco Molina está asumiendo los galones que le dejó la lesión de Stenmalm. Si la reacción ha de venir de dos proyectos de jugadores de Asobal como Langaro y Garciandía es que el Naturhouse tiene grandes problemas

Jota probó con Val en el pivote de inicio, y la cosa no empezó mal, pero se desdibujó pronto. Y así, el único recurso son los chispazos de Víctor Vigo, que no está ahora mismo en su mejor nivel, o la velocidad de Cacheda, que en días como hoy pierde tanto como da. Y si ni siquiera los penaltis de Albert Rocas son una garantía (falló dos de los tres que tiró) la cosa se pone imposible. Y para redondearlo, un número enorme de pérdidas de todos los colores .

Con esos mimbres el Natur fue perdiendo pie. Un buen inicio combinativo en ataque les llevó cuatro arriba mediada la primera mitad. Pero a partir de ahí, debacle y ridículo: uno de los peores partidos de la era Jota para un equipo que no está donde estaba.

Lo mejor: que vienen dos semanas y pico de parón competitivo para que algo en este equipo cambie.