Un triunfo de mérito

El Naturhouse le ha dado al Brest una lección de fe y entrega ya que se ha visto cinco goles por detrás en el segundo tiempo y, en vez de venirse abajo, ha dado más intensidad a su juego y con Aguinagalde espléndido en la portería y Cacheda resolutivo en la dirección de juego, ha reaccionado y ha ganado el partido.

Los riojanos, sin hacer un mal partido, lo tuvieron todo en contra en el primer tiempo.

Se midieron a un rival muy consciente de que hoy no podía cometer ni un error, sobre todo para acreditar la calidad de una plantilla, y que demostró estar muy centrado.

Eso penalizó al equipo riojano, que sí tuvo algunos puntos débiles, ya que, por un lado, sufrió mucho para frenar al "gigantón" Kristopan, tampoco consiguió salir al contragolpe como le gusta y, por si eso fuera poco, perdió tres balones en los que podía haber marcado goles claros.

Así, después de un cuarto de hora muy equilibrado en general y en el que incluso los riojanos tuvieron ventaja, el choque empezó a ponerse de cara para el conjunto bielorruso.

Sobre todo porque el Brest jugó muchos minutos a un ritmo de ataque sorprendente, con posesiones de pocos segundos que sorprendieron al Naturhouse.

Por eso, del 8-7 a los quince minutos se pasó pronto a ventajas de tres goles del Brest, que alcanzó el descanso con uno menos de renta, (17-15).

Es decir, el Naturhouse llegaba "vivo" al segundo tiempo, pero debía mejorar.

Y le costó hacerlo, tanto que se encontró en siete minutos con su máxima desventaja (23-18) ante un Brest que seguía lanzado.

Y cuando todo parecía en contra de los riojanos, estos cambiaron su juego y reaccionaron; Cacheda abrió más el campo en el ataque del Naturhouse y Aguinagalde dio con sus paradas un impulso moral a la defensa de los de Logroño.

Cacheda fue el protagonista del primera "acercamiento", 27-25, con dos goles consecutivos; Ángel Fernández anotó al contraataque los tres siguientes para poner la primera ventaja riojana en el segundo tiempo (27-28).

Aguinagalde siguió a un nivel alto, detuvo un penalti y media docena de balones más y poco a poco el Naturhouse se acomodó ante un rival que no entendía bien lo que había ocurrido.

De hecho, el Brest ya no volvió a ir por delante; empató a 29, pero no pasó de ahí, porque el Naturhouse logró entonces una renta de dos goles que mantuvo casi hasta el final, cuando los bielorruosos colocaron el 31-32 de penalti.

Por un momento sobrevoló el campo la sensación de que podía repetirse el desenlace de hace un año, cuando el Naturhouse cedió el empate a 33 en la última jugada.

Pero en esta ocasión, en ese último ataque bielorruso, Ángel Fernández robó el balón y marcó en un último contraataque y logró un resultado que asienta las opciones de los riojanos de pasar a la siguiente ronda.