Cuando el triunfo es cuestión de fe

Estaba claro que el principal peligro canario venía de su poderosa pareja interior. Koné y Giomi suelen imponer sus centímetros y buenos movimientos bajo los aros. César opuso la altura de Geldof y la versatilidad de Kovacevic para contrarrestarlas. Su estrategia se vino rápidamente abajo por las dos faltas de la belga.

Intentaba castigar el Promete con juego rápido y lanzamientos exteriores a un adversario que llegaba con solo nueve jugadoras al Palacio de los Deportes y pero, como le pasó ante el Cadí, no encontraba el aro rival, mientras que las amarillas sí que encontraban a sus pívots. Diarra, por su parte, no culminaba sus acciones en el poste bajo. Fruto de los fallos de unas y del tino de las otra, el primer cuarto acabó con la máxima ventaja visitante (6-16).

Subieron las logroñesas el tono defensivo y el esfuerzo atrás por fin se tradujo en una mayor claridad ofensiva que dejaba en la mínima la renta canaria. No era el mejor Promete pero sí respetaba su filosofía de esfuerzo y compromiso.

Se movía el marcador en un marcador raquítico, al borde de la anemia. O cambiaba mucho el partido en la segunda mitad o la victoria se iba a decidir al final y por escasa renta, más por deméritos ofensivos que por un aluvión de canastas de uno y otro. También cabía esperar que el cansancio acumulado por las pupilas de José Carlos Ramos se hiciera más patente con el paso del encuentro frente al más equitativo reparto de minutos de Aneas.

Salieron las mismas jugadoras pero el partido dio un giro. Las riojanas presionaban a toda pista, buscaban a una Diarra que, ahora sí, acertaba y, además, Nogic explotaba su extraordinaria calidad y daba la primera ventaja a las locales tras la canasta inicial, también suya (30-28).

El Gran Canaria no se dejaba llevar precisamente y, con Koné liderando a las suyas, seguían apelando a sus armas para seguir creyendo en el triunfo.

Entraba por delante en el cuarto definitivo el cuadro isleño tras un arreón y ocho puntos consecutivos (37-44).

Lograba reducir al mínimo el Campus Promete su desventaja, pero era incapaz de ponerse por delante en el luminoso cuando tuvo ocasión. No desaprovechaban, sin embargo, las canarias las mínimas brechas que encontraba en la defensa local, con Giomi incisiva en el rebote ofensivo.

Y en esos pequeños detalles (un triple liberado que no toca el aro, un rebote defensivo que se escapa entre dos compañeras) se le escapaba el partido al Campus Promete frente a un gran Canaria al que hay que reconocerle el mérito de su fijación por la apuesta interior, pese a que la puntilla final parecía darla desde el triple (49-57) cuando el partido se acercaba ya al último minuto de juego.

Pero en treinta segundos, un dos más uno de Estebas y cinco puntos de Nogic devolvían la igualdad al choque. Un partido en 27 segundos. Movieron bien las canarias para dejar sola a Giomi bajo el aro pero, sorprendentemente, falló con la izquierda bajo el aro. Le quedaban tres segundos al Campus Promete pero no llegó a tirar. Prórroga en el Palacio.

Abría la capitana Estebas el periodo extra con un triple que daba la máxima ventaja hasta entonces a las suyas.

Algún acierto y muchos errores entre tanta tensión. Ayuso daba tres puntos a las logroñesas y el Gran Canaria fallaba el triple del empate. El triunfo se quedaba en casa. La quinta victoria. Una victoria desde la pasión y la fe.