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Sueño o pesadilla. Es lo que tiene cuando todo un año se mide en un partido. Rioverde Clavijo o Palma Fitbi. A uno de los dos le tocaba seguir soñando ya solo a un paso del final feliz. Y es el Rioverde Clavijo el que ... se jugará el ascenso a LEB Oro en la última ronda del 'play off' ante el Hestia Menorca. Los logroñeses hicieron valer su poderío como anfitriones en un Palacio de los Deportes con un fantástico ambiente, ganaron por 91-79 en un duelo caliente y remontaron los dos puntos que los baleares se trajeron de Son Moix. Los blanquiazules superan ya la temporada pasada y ya solo están a un paso del final feliz de una historia con tintes épicos y que vuelve a enganchar a la afición riojana al baloncesto.
Se esperaba un partido muy tenso. El duelo estaba hasta en la grada, con la numerosa hinchada local y la ruidosa balear, con batucada incluida. El premio era muy grande para el ganador y el castigo tremendamente amargo para el derrotado. Si caían los blanquiazules lo harían en casa y frente a una afición entregada. Si eran los isleños los eliminados, el viaje de vuelta a Palma se iba a hacer especialmente largo.
Y en el juego de estrategia, apostó Pau Tomás por volver a castigar a Jenaro Díaz y los suyos con la defensa zonal que tanto daño hizo a los blanquiazules en Palma. Y resultó de inicio, con Zengotitabengoa tirando de calidad, galones y experiencia. Tomaron las primeras ventajas los visitantes, pero Norris y Balasko mantuvieron a los suyos y el choque igualado, apoyados en el buen trabajo en campo propio y la respuestas alternativas planteadas por el técnico local atrás. Se movía el marcador en esa fina línea que marcaba la diferencia entre la gloria y la desesperación. 22-22 para cerrar el primer cuarto. Espadas en alto.
Rioverde Clavijo
García (8), Coffi (6), Nicolau (8), Norris (20) y Balasko (9) –cinco inicial–. Iglesias (6), Diakhate (2), De Pablo, Ukawuba (26) y Torres (6).
91
-
79
Fibwi Palma
Font (13), Suskavcevic (16), Feliú (9), Kovacevic (9) y Zengotitabengoa (13) –cinco inicial–. Antúnez (3), Castillo (10), Tamba (6), Andreu.
Parciales 22-22, 51-37 (descanso); 79-61 y 91-79 (final).
Árbitros Piñeiro y Marín. Descalificados Balasko y Torres. Eliminado Font.
Incidencias Unos 1.200 espectadores en el Palacio de los Deportes
Ukawuba aportó energía al ataque y agresividad en las entradas y puso por segunda vez por delante en la eliminatoria al Clavijo tras la ida (27-24), después del triple inicial de Balasko. Fue el inicio de los mejores minutos de los blanquiazules. 12-0 de parcial, subidos a la ola de los triples que otras veces tanto han castigado a los riojanos (40-27). Pero quedaba todo un mundo por delante. El Rioverde debía aprender de la ida, cuando llegó a ir ganando hasta por dieciséis. Un espectacular mate en rebote ofensivo de Norris (15 puntos en la primera mitad) cerraba el segundo periodo en un intenso subidón blanquiazul. Llegaba el descanso y la necesaria bajada de pulsaciones para refrescar mente y piernas de cara a un tercer cuarto crucial, en el que tocaba al menos aguantar la esperada reacción del Palma, que debía buscar alternativas defensivas a la zona que ya no bloqueaba a los locales.
Salió centrado el Clavijo para poner la máxima en el luminoso (61-44). Pero no se rendía el Palma, un ejemplo de resiliencia. Siete puntos seguidos y otra vez dentro de un choque que se les escapaba.
El intercambio de canastas mantenía a los blanquiazules arriba. Se hacía añicos la zona visitante con cuatro triples, dos de Berni García y otros dos de Ukawuba. Pero se mantenía firme Tomás en sus convicciones.
Con 73-58 y un minuto por jugarse del tercer periodo una tangana provocó la descalificación de Balasko y Torres por saltar desde el banquillo a separar. Se quedaba Jenaro Díaz sin dos jugadores importantes en su rotación para los instantes decisivos. Estaba caliente el choque. Ardiendo. Pero no se descentró el Clavijo (79-60).
Solo le quedaba un último intento desesperado al Palma. Tocaba aplacarlo para tener un final relativamente tranquilo y poder disfrutar de la clasificación. Lo intentaron los baleares, pero el tiempo corrió en su contra. Mucho que remar ante la pétrea defensa blanquiazul, un Rioverde que contemporizó y un Ukawuba imparable. Disfrutó el Clavijo, gozó el Palacio, más intenso que nunca. Queda una ronda, con vuelta a las Islas Baleares. El final feliz se acerca.
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