Un triunfo que aclara el camino

Los blanquiazules siguieron de inicio un plan de partido que pasaba por entrar muy centrados y con energía al partido y evitar el potente rebote ofensivo oscense. Entró enchufado Kevin Torres, se le sumó Sakhniuk y les tomó el relevo el siempre entregado Hugo Arbosa. Los hombres del banquillo también ponían su granito de arena, con un Faye especialmente intimidador pero terriblemente fallón desde el tiro libre. Marcaba territorio el Clavijo (16-7).

En cuanto se descuidó el equipo local, el Huesca comenzó a sumar rechaces en ataque, pero el Rioverde mantenía la estabilidad de su juego y el dominio en el marcador.

El esfuerzo defensivo y los triples de De Pablo y Ayesa prolongaban la buena dinámica capitalina, pero el menor descuido lo castigaba el cuadro visitante. De hecho, un rápido parcial de 2-15 camino del descanso tiraba por tierra todo lo hecho anteriormente por los logroñeses y colocaba al visitante por primera vez por delante (39-42).

Le sentó bien el paso por vestuarios al Clavijo. Recuperó el tono y el mando. El choque estaba claro que iba a ser duro y los errores iban a castigar con dureza al que los cometiera. Hasta el momento, era el cuadro blanquiazul el más estable, y encima aparecía Fields (55-47).

Entró el Clavijo con cinco puntos en el último cuarto. Poca ventaja pero importante según cómo avanzaba el encuentro. La elevó a nueve y restó más de cinco minutos antes de que Huesca comenzara a recortar. Tocaba gestionar y sobrevivir. Un triple a tabla de Querejeta aclaró un panorama que se tornaba gris, tirando a negro. Miguel sentenció desde el tiro libre. Victoria vital. El camino se aclara.