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Se acabó el sueño de Oro pese a la heroica de un equipo honrado y que no se dio por vencido cuando peor estaban las cosas. Se cedió con una derrota ante un equipo que se mostró muy superior hasta el último cuarto, y ante ... la afición logroñesa con un crítico final tras una remontada épica cuando el descenso parecía consumado. El Rioverde Clavijo vuelve a ser de LEBPlata. La derrota por 93-96 ante el Amics Castelló dejá ya sin opciones a los blanquiazules. El retorno a la segunda categoría del baloncesto español se le ha hecho grande a los capitalinos y solo ha durado una temporada.
Los dos equipos saltaron a la pista con la intención de darle mucho ritmo al partido pero fueron los visitantes los que circulaban con más fluidez y con un parcial de 2-13 tomaron el mando del choque haciendo mucho daño bajo los aros y en las transiciones. Encajaba con demasiada facilidad el cuadro blanquiazul y llegaba al final del cuarto inicial con la mayor desventaja vista hasta el momento (17-28).
Rioverde Clavijo
Moreno (17), Kolo (5), Txemi Urtasun (10), Norris (2) y Tamba (17) –cinco inicial–; Álex Urtasun (8), De Pablo (6), Peñarroya (2), Coffi (9), Nicolau (12), Arbosa y Knudsen (5).
93
-
96
Amics Castelló
Martínez (14), Manchón (12), Franch (6), Stutz (20) y Okouo (16) –cinco inicial–; Faner (2), Bressan (4), Domínguez (22) y Orlov.
Parciales 17-28, 41-49 (descanso); 56-76 y 93-96 (final).
Árbitros Olivares, Carpallo y Rodríguez. Sin eliminados.
Tenía que subir el nivel defensivo el Clavijo y lo hizo, con un De Pablo ejerciendo de capitán y de punta de lanza. Y cuando la intensidad crece atrás, la alegría aumenta adelante. Igualó fuerzas el Rioverde hasta dejar en mínimos las renta castellonense (37-38). Sin embargo, con el esfuerzo ya hecho, volvieron los errores infantiles que sí aprovechó el Castelló para abrir una brecha al descanso (41-49). ¿Desconexión en la concentración?¿La falta de respeto a la categoría que ha repetido en ocasiones Jenaro Díaz?
No mejoró de salida el Clavijo. A los logroñeses se les encogió la mano y los de Orenga siguieron siendo incisivos (53-76). El final del sueño dorado se acababa.
Con veinte abajo se entraba en el último cuarto y, al menos, lo que no le falta al Rioverde es honradez. Peleó cada balón y se lanzó a pecho descubierto. Y, cuando todo parecía perdido, apareció el mejor Clavijo. Heroico. Empató el equipo de Jenaro Díaz (90-90) con menos de dos minutos por delante todavía. Llegó el cara o cruz. Y salió cruz. Uno más de un buen puñado de choques que se escaparon en los últimos segundos. Esas derrotas que se echan de menos ahora, en las cuentas finales.
Jenaro Díaz Entrenador
Entraba Jenaro Díaz en la sala de prensa tras un Juan Antonio Orenga que se mostró contento por la victoria de su equipo pero entristecido por hacerlo ante «un amigo, un hermano, con el que he vivido muchas cosas», como es el técnico del Rioverde Clavijo.
El entrenador asturiano analizó el partido y criticó que, en su equipo, «a la velocidad que jugamos, al ritmo que se juega, muchos tienden a cantar su canción en vez de la canción que necesita el equipo. Y eso es un problema». Así se llegó al último cuarto veinte abajo y, «a partir de ahí, la gente que supo pelear, trabajar y luchar, se quedó en la cancha y hemos ido cambiado el partido. Haciendo locuras, jugando con Coffi de cuatro, Tamba de cinco, Knussen defendiendo al mejor de ellos. Lo que tienes que hacer cuando te encuentras tan abajo, en el lío que te has metido por no seguir el plan de partido, no jugar como tenías que haber jugado para ganar a Castellón».
Refiriéndose ya al descenso y en un primer resumen acelerado de la temporada, lo primero que quiso hacer es «dar las gracias a todos los que me han acompañado. Dar las gracias a Pichel, a Jesús, a Sergio, a Pitu, a Asier, a Juanjo, a un cuerpo técnico que ha estado muy unido y que ha estado al 150%; a la directiva, a la Peña El Mate, a los aficionados... a todos. A su manera, todos nos han apoyado».
Después, quiso seguir con la sinceridad habitual que ha mostrado en las ruedas de prensa a lo largo de toda la temporada y desveló que había sido «el año más duro de mi vida... y el año en el que más he aprendido. Por los cinco partidos de sanción que te pone la Federación Española, los tres que te ponen tus directivos, la lesión de Andre Norris, los cinco partidos a Tamba... O sea, ha sido un año superduro. Tengo para escribir una enciclopedia».
«En ningún momento utilizo esto como una excusa y me quedo parado, sino todo lo contrario -incidió Jenaro Díaz-. Intentamos aprender e intentamos seguir para adelante, que es lo que tiene que ser, con un espíritu de lucha, de entrega, de valor y de hambre».
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