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Tranquilidad a raudales. Y felicidad. El Bodegas Rioja Vega se ha dado este domingo un baño de autoestima en el Palacio de los Deportes doblegando (91-61) a un Vic que apenas opuso resistencia más allá de los primeros compases. Desde el exterior, primero, ... y con Parrado como guía, en la recta final, el Clavijo se ha pegado el mayor atracón del año. Ya era hora. La permanencia está un paso más cerca gracias a un partido con mucho acierto a canasta y una defensa que se esforzo, aunque no era necesario debido a la debilidad del adversario.
No hubo acierto durante el primer cuarto, pero los riojanos, con la aportación de López y un triple de Lafuente, supieron mantener el timón del choque ante un Vic nulo en ataque (17-11). Fue en el segundo parcial cuando el choque se rompió. Los de Jenaro Díaz apretaron en defensa, desapareció Torrent, y el Clavijo se lanzó a por el partido con contras y dos triples de Hewitt. Entre el minuto 13 y el 17, los riojanos endosaron un parcial de 16-0 a los catalanes. Del 22-16 se pasó al 38-16 en unos momentos de buen juego confianza y actitud.
El camino estaba marcado y la diferencia, creada. Con 38-20 comenzó el tercer período y los de Jenaro Díaz, a pesar de unos minutos iniciales de correcalles que favorecieron a Vic, que se acercó hasta el 39-26, encontraron en la línea exterior una forma de hundir a sus adversarios. Torpedos precisos de Pablo Pérez, José Antonio López y Lafuente que no terminaron de destrozar a Vic por Garrote encadenó siete puntos casi consecutivos. La diferencia llegó a 28 puntos (61-33, m. 28) gracias al acierto de los riojanos, felices con el viento a favor. Demostraron que saben también disfrutar y evitar los baches que durante esta campaña tanto les ha lastrado.
Al último cuarto se llegó con una clara diferencia de 63-41, pero el Rioja Vega quería más. Pocas alegrías ha vivido este curso y este domingo, con más público del habitual, era un buen momento, aunque fuese a costa de un rival menor y que se fue empequeñeciendo. Porque Vic llegaba con una racha positiva de tres victorias consecutivas, pero se fue dejando una sensación de endeblez total.
Parrado se convirtió en el guía de esos últimos minutos. Se pasó de golpear en la línea exterior a hacerlo en la zona. El ala-pívot catalán fue el artífice de que la diferencia se acercase a los 30 puntos (78-49). Noguerol y Miguel de Pablo, reclamado por la afición y que entró para disputar los últios cuatro minutos, llevaron la diferencia hasta el 83-49.
Sólo quedaba disfrutar del triunfo y hacerlo con la afición. Al final un 91-61 demoledor para el Vic, pero feliz para el Rioja Vega.
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