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La permanencia está un pasito más cerca para el Bodegas Rioja Vega. Faltan por subir dos escalones, pero lo logrado este domingo ante un rival directo como el Hospitalet es muy importante. Un respiro y un acicate para seguir trabajando. Pero con una ... advertencia: hay que jugar mejor y errar menos para no sufrir tanto como ayer en el Palacio.
Porque los de Jenaro Díaz estuvieron siempre por delante, llegaron a contar con una renta de 14 puntos, se enfrentaron a un Hospitalet en el que no aparecieron sus estrellas y tuvieron que tirar de obreros pero acabaron sufriendo y con la lengua fuera. Demasiados regalos, aunque afortunadamente los barceloneses les ganaron en dadivosidad. Otro equipo con el colmillo más afilado hubiese hecho presa en los de Jenaro.
El inicio fue el soñado. La energía, el concepto siempre defendido por Jenaro Díaz, apareció en ese tramo inicial. Un contundente 14-5 con triples de Saintel y López y un mate del propio Saintel hacían soñar con una plácida mañana. Los catalanes no encontraban aro y a los locales se les vía cómodos. Pero el Torrons no es un equipo que se venga abajo y menos con la salvación en juego.
Aunque las ventajas eran para los riojanos (21-14, m. 10) a la barrera de los diez puntos sólo se llegó mediado el segundo parcial tras un intercambio de triples con dos acciones consecutivas de Parrado (30-20) y fue para diluirse rápidamente.
El Rioja Vega seguía al volante, pero en el retrovisor se mantenía a la misma distancia la sombra del Hospitalet. Al descanso se llegó con un 39-32 que dejaba abierto el partido. Hasta el receso, no Creus ni Covington habían aparecido con claridad. Y esas eran las mejores noticias.
Pero había que sentenciar el partido para continuar peleando por la permanencia. Y eso no se logró porque las rentas de hasta 14 puntos (49-35 o 53-39 en el minuto 27 después de una asistencia a tabla de Pérez machacada por Saintel) se diluyeron. El Hospitalet daba todas las facilidades: pocas ideas en ataque, sus estrellas desaparecidas... Pero apareció Kirby y con un parcial de 0-8 el choque se igualó (53-47). La sombra del retrovisor era una presencia real.
El Clavijo no lo pudo hacer peor en esos minutos. Errores, precipitación, pasos de Nissen en la posible última posesión... Cuando los riojanos se ponen, son una máquina de reanimación. Insuflaron vida al Hospitalet y se la quitaron a sus aficionados. Porque en el minuto 33.30 Baques puso a los catalanes a tiro de tres (59-56). El choque era ya una guerra de guerrillas en la que los milicianos se tiraban tantos tiros en los pies como al enemigo. Un desastre pero del que había que salir vivo de cualquier forma.
Un triple de Hewitt (tras un par de errores) y una canasta de Noguerol pusieron un punto de cordura a falta de cinco minutos (64-56). Pero el sino del Clavijo es sufrir. Aunque el Rioja Vega iba en todo momento por delante, el Hospitalet seguía en el partido. Los errores se pagaban a precio de oro y tras un triple de Lafuente (67-58), los catalanes enlazaban un par de buenas acciones, con el gigante Diop como protagonista, y se volvían a meter en el choque (67-63, m. 39). Tuvo un balón el Torrons para llevar el partido hacia el abismo, tras un triple errado por Noguerol, pero el gallego se rehizo con un robo que acabó en mate de Nissen. A falta de 33 segundos, los riojanos mandaban por seis (69-63). El triunfo estaba amarrado a pesar de una canasta de Creus. Quedaba el carrusel de faltas y respirar, por fin. Ganar, recuperar el 'average' y acercarse a la permanencia. No se podía pedir más. Bueno, tal vez sí. Un triunfo tranquilo.
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