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Llegaba el Real Madrid a la Copa en un momento de dudas, agotado física y mentalmente, y amenazado por un Valencia Basket que atravesaba un gran momento y no conocía la derrota desde noviembre, pero el equipo de Pablo Laso ejerció de auténtico campeón en ... su estreno y Gabriel Deck y Trey Thompkins, que sumaron hasta 46 puntos, se encargaron de ejecutar al conjunto taronja. Cuando el Real Madrid atisba la posibilidad de conquistar un título, y más en un torneo corto como es la Copa, se olvida del cansancio, de las bajas y del juego irregular y se transforma en un equipo ganador que impone un enorme respeto a cualquier adversario, como le ocurrió al Valencia, que decepcionó cuando se le consideraba un serio aspirante a romper la hegemonía de los dos grandes del baloncesto español.
El día que Pablo Laso superó a Lolo Sainz como el entrenador con más partidos en el banquillo madridista (735) y que el conjunto blanco debía dar lo mejor de sí como defensor del título y anfitrión de la Copa del Rey, el Valencia no tuvo opciones frente a un Real Madrid relanzado por un alero argentino que pensaba marcharse a la NBA como hizo su compatriota Facundo Campazzo pero afortunadamente para los blancos continúa en el equipo. Aunque no anotó ningún triple, Deck acabó con 10 de 11 en tiros de dos y tres de cuatro en tiros libres, además de ser el máximo reboteador de su equipo (seis capturas), con una valoración de 22, igual que la de Thompkins, que acertó tres de los seis lanzamientos de larga distancia que intentó, en momentos clave de una notable primera mitad de los ganadores. En su octava semifinal consecutiva de la Copa el rival del Madrid será el Tenerife, y los blancos tendrán una jornada más de descanso que los equipos que van por la otra parte del cuadro, aunque ante el Valencia no acusaron el cansancio, pese a su bajón tras el descanso.
Brilló el Real Madrid en una primera parte en la que el Valencia comenzó muy bien, pero se desinfló en cuanto Thompkins anotó su segundo triple para romper la igualada (10-7) y los blancos pusieron su maquinaria a funcionar. Cerraron los blancos el período inaugural con siete de 17 triples y con una evidente superioridad en el rebote (21 frente a 13 capturas), mientras que para los taronja el tiro exterior fue entonces una rémora, con un único acierto de 12 intentos. Ahí estuvo el principal lastre del Valencia, aparte de que el Madrid impuso siempre el ritmo que quiso, liderado por Deck, que firmó 13 puntos en solo un cuarto de hora. A Pablo Laso también le salió perfecta su apuesta por reservar a Tavares cuando solo se llevaba medio minuto de partido, para sacar a pista a Reyes, y con la aportación del veterano los madridistas mantuvieron su fortaleza en la pintura.
Real Madrid
Alocén (1), Carroll (10), Deck (23), Thompkins (23) y Tavares (7) -quinteto inicial-. Causeur (4), Rudy Fernández (3), Abalde (4), Tyus (-), Laprovittola (-), Reyes (4) y Llull (6).
85
-
74
Valencia Basket
Van Rossom (16), Marinkovic (3), Kalinic (14), Labeyrie (2) y Dubljevic (6) -quinteto inicial-. Prepelic (13), Pradilla (-), Puerto (2), Tobey (8) y Hermannsson (10).
parciales: 29-17, 20-17, 14-21 y 22-19.
árbitros: Hierrezuelo, Aliaga y Castillo.
incidencias: Segundo partido de cuartos de final de la Copa del Rey de 2021, disputado en el WiZink Center de Madrid, a puerta cerrada.
Solamente pasó el Madrid, tras alcanzar una primera máxima diferencia de 16 puntos de ventaja (38-22), unos momentos de dudas en el primer tiempo, cuando el Valencia, hasta entonces demasiado acomplejado y precipitado, salvo desde la línea de tiros libres, pegó un estirón hasta acercarse a siete (40-33). Y tuvo el equipo de Jaume Ponsarnau la opción de ponerse cuatro abajo, tras un parcial de 2-11 ante el Madrid más espeso, pero su ex, Prepelic, no estuvo nada acertado en el momento de la verdad y entonces llegó el turno de las muñecas de Llull y Rudy Fernández. Dos poderosas armas de las que dispone el conjunto blanco cuando la situación se pone complicada. En cualquier caso, jugó bastante bien el Madrid en esa primera mitad, en la que dirigió de forma notable Alocén y sus compañeros se encontraron siempre muy cómodos. Tardó nada menos que un cuarto de hora el Valencia en lograr su primer triple, y con la dinámica que llevaban los locales no fue ninguna sorpresa que el campeón se fuese con una ventaja tan considerable al descanso.
Sin embargo, el Madrid que habitualmente pisa el acelerador para sentenciar a sus rivales se vio sobrepasado en el tercer cuarto por un Valencia que cambió de forma radical de actitud y no solo plantó cara al favorito, sino que fue una apisonadora que tiñó en ese parcial de naranja la pista del WiZink Center en cuanto los blancos llegaron a ponerse 21 arriba (59-38). El encuentro parecía entonces resuelto, pero el Valencia cambió la cara, apretó en defensa hasta dejar al rival hasta cinco minutos sin anotar un solo punto y, con el mando y las canasta de Van Rossom, se acercó a seis (59-53). Sin embargo, incomprensiblemente, cuando Van Rossom estaba encendido, Jaume Ponsarnau sentó al base belga y lo aprovechó el sólido Madrid, al que ya solo le quedó enfriar el duelo.
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