El Ponferrada salió reforzado de su visita a Logroño. Ganó, prolongó su racha a cinco triunfos y se mira ya como candidato a la zona alta. Mientras, el Bodegas Rioja Vega se encontró con una derrota fraguada en la segunda mitad, cuando la ... defensa bajó el nivel, llegó el desacierto y la precipitación. Le faltó puntería al Clavijo desde el exterior y le sobró a los bercianos que desde la línea de triple dinamitaron el choque. Le toca a los de Jenaro Díaz volver a mirar hacia abajo en una Leb Plata que no tiene piedad con los tropiezos.
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Además, el castigo se vio multiplicado en la recta final, cuando los logroñeses atacaron a la desesperada y el Cat&Rest cabalgó la buena ola para ganar por un contundente 71-88, reflejo de lo visto tras el descanso, no antes.
Porque la igualdad primó en los primeros veinte minutos, con dos rivales golpeado y encajando, en un bonito y abierto encuentro con ventajas para ambos, pero sin que nadie llegase a romperlo. A destacar, los tapones de Paukste y los arreones de Ponferrada, que supo irse por delante al final del primer parcial (14-16) y al descanso (39-40). Cuatro triples de los bercianos en el segundo cuarto fueron su filón de puntos, mientras que al Rioja Vega le costaba más anotar, pero lo lograba, a pesar de la dureza del partido ante unos árbitros que dejaban demasiado contacto.
El juego interior y las contras estaban dando réditos a los locales, pero tocaba apretar un poco más en defensa para dar un paso adelante en el encuentro y en la clasificación. Esa era la teoría, porque en la realidad ocurrió todo lo contrario. Desde el minuto 24 (48-47), el Clavijo comenzó a precipitarse ante un Ponferrada polivalente. Un parcial de 0-9 y otro de 0-6 posterior pusieron por primera vez la diferencia en diez puntos (52-62, m. 28). Jenaro Díaz pedía calma pero ésta llegaba tan poco como el acierto ofensivo. Prince y McDonnell ponían más difícil el encuentro. Quedaban diez minutos y al Rioja Vega le tocaba remontar diez puntos (54-64).
Jenaro Díaz tiró de Bieshaar, inédito hasta ese momento por problemas físicos. El equipo necesitaba medidas desesperadas, pero se encontró con un triple de Prince (54-67) con ocho minutos por jugarse. Los riojanos, que sólo habían anotado un triple hasta ese momento, entraban en la ruleta del lanzamiento exterior sin éxito. Ferrando, por contra, encadenaba dos para poner el último clavo al ataúd (58-73, m. 34). La renta no dejaría de subir hasta el final. Adiós a la racha de tres triunfos y toca recomponer al equipo tras el varapalo sufrido. El ejemplo a seguir, la lucha de la primera mitad; lo que se debe evitar, lo visto en la nefasta segunda.
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