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Prometer es fácil. Más en jornadas electorales como la de este domingo. Lo difícil es cumplir, llevar a la realidad lo que el papel siempre soporta. El Campus Promete lo ha logrado. Desde el día de la presentación de Jacinto Carbajal como ... técnico, piedra angular del proyecto, la palabra ascenso estuvo siempre en boca de los responsables del club. Para eso se armó una plantilla solvente, con refuerzos a mitad de temporada todavía más resolutivos, y gracias a eso se ha llegado a la meta.
El Promete certificó su retorno, un año después, a Liga Dia. Y lo hizo como en la fase previa, con otra victoria arrolladora. Afrontar cuatro encuentros en cuatro días consecutivos es una locura no apta ni para la NBA. Ganarlos todos y, además, hacerlo como una apisonadora sólo está al alcance de los equipos plenos de calidad, confianza y capacidad física.
Las riojanas lo lograron con un alarde de plantilla (las diez jugadoras han sido importantes en la fase de ascenso de Tenerife) y de baloncesto total. No hay conjunto que sea más capaz de correr y dominar todas las facetas del juego. Por dentro, Gidden, Swart y Vucurovic resultaron definitivas. Pero desde la línea exterior, la brecha por la que ayer se despeñó el Celta Zorka, Ivanovic, Julien y Benet se descubrieron como fulminantes.
Todo le salió a la perfección a las logroñesas porque todo lo habían trabajado día a día, durante una temporada en la que han demostrado su superioridad, han atravesado momentos de crisis a causa de las lesiones y jamás han perdido el rumbo. El objetivo no se iba a conseguir en la liga regular, sino en una fase de ascenso durísima que, al final, ha resultado un camino de rosas sin espinas.
Este domingo, en el último embate, cuando diez meses de sudor se podían ir por el sumidero, volvió a aparecer la mejor cara de las riojanas. El Celta Zorka, que había tropezado en la jornada anterior víctima del cansancio y de un mal día, aguantó 13 minutos, más o menos la media del resto de sus rivales: León, Añares y Almería. El campeón de liga en el Grupo A, un conjunto firme y con individualidades notables como Senosiain y Edeferioka, fue otro juguete en manos del hambre de las logroñesas. En ese minuto 13, el tanteador reflejaba un 21-26 que poco después se fue ampliando. Un triple de Julien en la última canasta antes del descanso devolvía la ventaja de once puntos para el Promete (28-39).
Aunque la balanza ya se había desequilibrado, en el retorno a la cancha volvió a aparecer la fiera que se esconde bajo la camiseta del Campus Promete. Dos triples de Ivanovic fueron la bomba que necesitaban las logroñesas para alcanzar una ventaja de veinte puntos (30-50). Pim, pam, pum.
Jacinto Carbajal reflejaba la satisfacción de su vestuario. «Esto es fruto de mucho trabajo. Todo ha salido perfecto», resumía. «Hemos llegado bien físicamente, hemos podido dosificar y hemos jugado nuestro mejor baloncesto en la fase de ascenso, incluso en la final», incidía. «Hemos culminado una temporada redonda», abundaba. El técnico valoraba el esfuerzo de toda su plantilla. «Las jugadoras han sido muy generosas, sacrificadas atrás... Es mi tercer ascenso pero es del que más satisfecho me puedo encontrar por el trabajo realizado desde el primer hasta el último día», analizaba el técnico. Carbajal reconocía que el Promete era favorito, pero «tocaba demostrarlo». «Dirán que somos como un equipo de Liga Femenina, pero hay que llegar aquí, hacer un baloncesto sólido, que las jugadoras defiendan tan bien... Lo que hemos hecho es a veces lo que no se hace, demostrarlo», analizaba antes de valorar «el trabajo desde el primer hasta el último trabajador del club».
El Celta trataba de aferrarse al acierto de Celia García y Germán, porque Senosiain no pudo superar las defensas de las de Jacinto Carbajal. Pero no era suficiente. En ese tercer cuarto, Ivanovic y Julien volvieron a sacar petróleo desde 6,75. Balones doblados, circulaciones trepidantes y espacios para lanzar... y anotar. El 45-65 con el que se afrontaban los diez últimos minutos eran un colchón más que suficiente para tomarse un respiro.
Pero, ¡qué va! El Promete no sabe frenar. Las canastas seguían cayendo y la diferencia, creciendo porque en la zona riojana no podía entrar nadie y, a la desesperada, el Celta no encontraba aro cuando buscaba los triples. Tres tiros libres de Ivanovic y una canasta de Swart engordaron la renta hasta los 30 puntos (52-82, m. 37).
Carla Zabala y Deborah Ayela saltaron para ayudar en esos últimos segundos. No lo hicieron antes porque, a pesar de la ventaja, Carbajal había decidido no tomar ni un ápice de riesgo. Los cambios del Celta se iban al banquillo entre lágrimas mientras había aún mucho tiempo que consumir. Dos minutos en los que el banquillo logroñés reía y disfrutaba hasta la locura final, que llegó con un triple de Rosemarie Julien para alcanzar la máxima diferencia, el 54-85 final.
La alegría se desbordó y la plantilla hasta festejó el ascenso a Liga Dia con una coreografía. Coreografía fue, porque lo que hicieron a León, Añares, Almería y Celta fueron bailes. La alegría vuelve al baloncesto riojano. El Campus Promete ya ha vuelto a Liga Dia con jugadoras que merecen estar en Liga Dia. Pero sigue tocando trabajar, a partir de hoy, para asentar el proyecto y multiplicar la afición. Este equipo bien merece más apoyo.
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