Unos números mentirosos

De ahí en adelante, con Geldof en el banquillo y con Ouviña de nuevo sobre la cancha, un parcial de 17-0 favorable a las taronjas decició un duelo muy divertido, con emoción y jugadas espectaculares. Las de César Aneas supieron aguantar cuando las cosas iban mal dadas, pero les faltó quizás creer en sus posibilidades cuando más cerca estuvieron de dar la campanada.

La oferta baloncestística era muy atractiva en La Fonteta, con dos equipos con unas propuestas de juego muy atrayentes para los numerosos aficionados que se dieron cita en la casa de las valencianas. Ambos demostraron que desde la intensidad de la defensa se puede hacer disfrutar de un interesante y emocionante partido. Si además se le añade el talento que había sobre la pista, la oferta matinal de la Liga Femenina Endesa no defraudó. Mucho trabajo, duelos interiores y exteriores y, pese al dominio del Valencia, un Campus Promete que no le perdió la cara al choque en ningún momento.

Las de Rubén Burgos mandaron durante algunas partes del enfrentamiento por ventajas por encima de los diez puntos, pero las visitantes no se descompusieron en ningún momento y estuvieron al acecho para aprovechar los momentos de mínima relajación del Valencia. En la primera mitad, la falta de acierto desde el triple (1 de 11) lastró a un Promete que, sin embargo, supo aferrarse al duelo con otras herramientas como defensa y juego colectivo.

Cuando el punto de mira se ajustó, las riojanas se metieron totalmente en el partido. Aneas, además, optó por una zona y por la novedosa opción de hacer coincidir a sus dos torres, Geldof y Diarra, y su apuesta salió claramente cara. Pese a la calidad de las valencianas, el Promete fue restando puntos hasta tener opción de colocarse por delante con el cuarto periodo ya bastante avanzado. No lo consiguió y, con una excelente Ouviña y el acierto de Leti Romero, las locales iniciaron un parcial demoledor final que dejó en el marcador un resultado mentiroso. Porque la realidad es que los 16 puntos de direrencia que queda para las estadísticas se aleja mucho de lo que realmente ocurrió en La Fonteta.