La noche triunfal de Clarkson eclipsa el doble-doble de Ricky Rubio

Julius Randle contribuyó con 23 tantos y 12 rebotes, mientras que Andrew Wiggins fue el mejor de los suyos con 36 puntos. El base español Ricky Rubio registró 19 puntos y 15 asistencias, en tanto que Karl-Anthony Towns, que no jugó los instantes finales de la prórroga por decisión de Tom Thibodeau, firmó 25 tantos y 13 rebotes.

Los Timberwolves, con una marca de 10-24 como visitantes, han perdido sus últimos cinco partidos y se descuelgan de la lucha por la octava plaza en el Oeste que ostentan los Denver Nuggets. En el Staples Center saben que se trata de una ocasión especial cuando Jack Nicholson ocupa su butaca.

Y esta noche lo era, aunque solo fuera para rendir tributo con una ovación de gala en el descanso a Shaquille O'Neal, que unas horas antes veía cómo se desvelaba una estatua en su honor a la entrada del pabellón.

El partido no estuvo a la altura de ese hito, pero al menos arrancó con ataques eléctricos, contraataques fulgurantes, acciones espectaculares y nula defensa, de no ser por las anticipaciones de Rubio, que originaron canastas fáciles para Wiggins y Towns.

La entrada en pista de los reservas abrió un boquete en el entramado defensivo de los locales del que se aprovechó Minnesota anotando 40 puntos en el segundo periodo con un 60 por ciento de acierto en el tiro.

Una buena actuación

Bajo ese panorama, Rubio se gustaba. Se marcó una penetración con amague en el pase y una asistencia por la espalda desde su propia canasta que provocaron los suspiros de los espectadores. Además, dos tiros libres con su firma dejaban en el marcador un 54-67 al descanso después de que su equipo robara hasta nueve veces el balón.

El poderío anotador de Wiggins y Towns continuó en el tercer cuarto y los Wolves dominaban con comodidad (65-80), pero la irregularidad y lagunas de concentración del conjunto de Thibodeau propiciaron un último tramo mucho más disputado de lo que se preveía. Un triple de Brewer igualó el choque (93-93) a falta de siete minutos y los Lakers se aferraron a sus opciones con tenacidad y fe.

Un tapón y una canasta de Randle (109-108 a falta de un minuto) simbolizaban la resistencia angelina, pero un tiro libre de Wiggins llevó a la prórroga tras los fallos de D'Angelo Russell y Gorgui Dieng.

Entonces Clarkson abrió brecha (114-109) y sus compañeros siguieron esa estela de precisión y rotundidad de cara al aro para anotarse una sorprendente victoria ante un rival que la necesitaba imperiosamente.