Willy Hernangómez festeja una de sus canastas con los Knicks. :: efe
NBA

La vuelta al 'mundo' de Willy

El pívot de los Knicks habla de sus primeros meses en la NBA: «Esto es un poco raro, pero muy grande»

R. ERRASTI

Jueves, 24 de noviembre 2016, 23:53

«Buen viaje de vuelta. Gracias por venir». Así se despide Guillermo Gustavo 'Willy' Hernangómez tras atendernos en pleno vestuario de los New York Knicks. Juega aún poco, cinco minutos en el último partido ante los Pistons, pero no oculta estar viviendo «uno de los ... momentos más felices» de su vida. Por ahora todo es de color de rosa. «Va saliendo todo tan bien estos años... Mejor dejarlo así. Siempre, desde pequeño, soñaba con llegar a jugar algún día en la NBA y ahora estoy aquí en Nueva York, haciendo realidad mi sueño. Es verdad que me gustaría jugar más, pero tengo asumido que debo ir poco a poco. Soy una persona muy paciente. Todo lo del año pasado me vino muy bien para tener paciencia y aprovechar los minutos que tienes», recuerda. Willy, risueño y con mirada de niño pese a sus 208 centímetros de altura, tiene claro «que según trabajas y te esfuerzas las recompensas van a llegar tarde o temprano».

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Willy Hernangómez, de 22 años, se crió en las categorías inferiores del Real Madrid y, aunque debutó con el primer equipo en la temporada 2012-2013, se tuvo que hacer un hueco en la ACB, cedido durante dos temporadas con el Sevilla, para regresar al club blanco en 2015. «El 2016 ha sido un año tremendo, con mucho trabajo, pero también con muchas recompensas y premios. Han sido muchos los objetivos logrados (con el Real Madrid, con la selección y ahora en la NBA). Soy ambicioso y muy joven, por lo que quiero seguir consiguiendo retos y aventuras. Este es el reto más importante que tengo ahora mismo y lo quiero hacer genial», insiste.

Él mismo nos cuenta que ahora mismo se siente «un poco como el que se va fuera a vivir, a trabajar o estudiar, pero en la NBA». «Es un poco raro, porque estamos muy, muy lejos de casa, y cuando hablamos con mis amigos y familia hay un cambio horario. Eso lo llevo un poco mal. No me gusta mucho, pero es lo que hay. Todo es diferente, nuevo... El inglés, el estilo de vida y las personas son diferentes, pero estoy muy contento por lo que estoy viviendo, ya que es algo muy grande».

Hace de profesor de español de sus compañeros e intenta que cada uno diga una frase distinta. «Está siendo una experiencia increíble. Estoy encantado con el equipo y con la ciudad. La gente me ha tratado muy bien, por lo que estoy contento y feliz. Los compañeros para nada me están tratando como un 'rookie' más, sino como un jugador de la plantilla». La otra gran alegría de Willy desde que llegó a Nueva York es tener de nuevo como compañero y amigo al letón Kristaps Porzingis, con quien también jugó en Sevilla y es «como un hermano», que le ayuda en todo.

«Yo hablaba inglés antes de venir, pero la cosa cambia luego aquí», explica. Poco a poco va aprendiendo expresiones. En el vestuario de los Knicks cuenta que se escucha español porque Carmelo Anthony sabe unas palabras. Nos desvela que los europeos hacen piña, que los 'rookies' juegan al dominó y que normalmente hacen los que les mandan los más veteranos. Su mejor día (14 puntos y seis rebotes) fue en el 'derbi' ante los Nets. Willy se disponía a levantar a un contrario (Hollis-Jefferson) tras cometer una falta sobre el jugador de los Nets, cuando su compañero Brandon Jennings acudió para impedir que el español le ayudase. «Aquí hay cosas distintas que debes aprender», aclara.

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