'Guerreros' de leyenda

El 16-0, además, lo sellaron los Warriors con una abrumadora victoria ante los Lakers (111-77), con Stephen Curry como máximo anotador (24 puntos) y asistente del partido (nueve pases de anotación) y Andre Iguodala como mejor reboteador (nueve capturas). Kobe Bryant, en una noche nefasta en el Oracle Arena de Oakland, quedó limitado a cuatro puntos en 25 minutos, con 1 de 14 en tiros de campo. Mientras el astro de los Lakers, a quien se le exige ya que no demore más su retirada, quedaba ridiculizado, los Warriors volvieron a divertirse e hicieron disfrutar a su afición con otro partido pletórico.

A la contundencia de los números suman los Warriors un baloncesto espectacular, caracterizado no sólo por un atractivo juego ofensivo, sino también por una defensa incansable que ahoga a los rivales. La última víctima han sido unos Lakers en declive, pero diez de sus victorias anteriores fueron ante conjuntos que disputaron las últimas eliminatorias por el título. Así, por si quedaban dudas, han confirmado su favoritismo a revalidar un anillo que, de cumplirse los pronósticos, quedaría marcado por un comienzo de leyenda. Por, de momento, un 16-0 que refleja ambición y trabajo colectivo, pero también la apuesta por un modelo fiable y ganador -sin apenas cambios en la plantilla con respecto al pasado curso-, relanzada por una estrella que, muy alejada del físico de LeBron James, maravilla con su dominio de la situación, movimiento y canastas increíbles.

«Es una sensación adictiva. Ahora entiendo por qué los grandes jugadores de la historia han sacrificado tanto por volver a sentirla», proclamó Stephen Curry tras conquistar este año el título de la NBA, con él coronado como jugador más valioso de una competición en la que los Warriors continúan creciendo y superándose a sí mismos, acaparando elogios por sus estilo de juego y por desplegar magia en la cancha. De la mano del base de Ohio, Golden State no pierde ante su afición desde el pasado 27 de enero, por lo que ya acumula 26 victorias en casa. El equipo de moda, al que ya se puede considerar uno de los mejores de todos los tiempos, no pierde un partido oficial desde el 9 de junio, cuando cayó en el tercer duelo de la última jornada ante los Cavaliers.

      Presumen ya los de Oakland de una marca para los anales que pretenden alargar, al menos, hasta las 22 victorias consecutivas de los Rockets en la temporada 2007-2008. Más lejos quedan las 27 de los Heat de Miami y las 33 de los Lakers en la 1971-72, «otros dos récords casi intocables que dejarían en aperitivo este ya inolvidable 16-0», como se encargó de subrayar este jueves la página oficial de la NBA. También se recordaron los 18 triunfos seguidos que lograron los Bulls de la temporada 1995-96: «Los del mítico 72-10. Los de Jordan, Pippen, Rodman y Phil Jackson. La marca que creíamos inalcanzable y que habíamos convertido en los últimos veinte años en una metáfora de la perfección».

      Los Warriors, con una media de 114 puntos en ataque, no disponen del mejor jugador de la historia, pero sí de otro talento brillantísimo y determinante que no deja de acaparar elogios. Dentro de la cancha, pero también fuera, por su humildad y por su estilo de vida, apegado a la familia y, de momento, a años luz de otras superestrellas amantes del lujo, los derroches y la extravagancia en la liga norteramericana. Stephen Curry es ahora sin discusión el monarca de la NBA, pero a sus 27 años y, con la compañía de Iguodala, Draymond Green, Klay Thompson o Harrison Barnes, no puede ver el límite. Con el hambre y la clase del espectacular Curry, los 'Guerreros' sólo parecen estar escribiendo el comienzo de una dinastía realmente dorada.