La «complicada decisión» de Pau Gasol

A sus 34 años, Paul Gasol ha iniciado ya, junto a Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón y Felipe Reyes, la inevitable cuenta atrás hacia la retirada de un equipo nacional obligado a regenerarse tras el fracaso en su Mundial. «Ya veremos qué sucede con los veranos y con la selección», apuntó de forma enigmática el nuevo jugador de los Bulls de Chicago, líder de la mejor generación que ha dado el baloncesto español, cuyos próximos retos serán el Europeo de 2015 y la clasificación para los Juegos de Río 2016, con dudas crecientes sobre la presencia de Pau en la que sería su última cita olímpica.

Quizás el mayor de los Gasol no llegará a los próximos Juegos, aunque Pau, con el fiasco de la Copa del Mundo de España tan reciente y el terremoto provocado por la inesperada derrota ante Francia, no quiere dar ahora más pistas sobre su continuidad o no en una selección que podría reclamarle incluso para un Preolímpico en caso de que no se saque el obligado pasaporte a los Juegos. Ya renunció el pasado año al Eurobasket de Eslovenia a causa de sus problemas en las rodillas, de las que fue operado, y la edad, el cansancio y la exigencia física una temporada más en la NBA pueden precipitar un adiós con España que se consideraría comprensible aunque también prematuro.

A expensas de la respuesta de su cuerpo, es evidente que Pau Gasol, como él mismo admite, seleccionará las competiciones que le convienen y, dado que el Europeo de 2015 es un torneo muy menor comparado con el Mundial, a pesar del «compromiso» al que siempre aluden jugadores, técnicos y dirigentes, pretende disfrutar de «un ritmo de vida más flexible» en un futuro cercano. Alejado durante un tiempo y, quién sabe si definitivamente, de un equipo que acaba de estrellarse con un técnico cuestionado por su inexperiencia desde que fue elegido y a quien Pau no considera el único culpable de histórico mazazo. «Si sólo hubiera un responsable, no hubiéramos perdido. Es cosa de todos. En el deporte se señala mucho al entrenador y no debe ser así. No es justo», clamó el jugador catalán durante un acto celebrado en la Cámara de Comercio de Barcelona en la que su hermano Marc también defendió a Orenga y no eludió su pésimo rendimiento ante Francia tras ser padre.

«Cuando hay una derrota, existen muchos factores. También el rival hizo las cosas bien. El entrenador tiene una parte de la culpa, como todos. Yo no hice las cosas bien, pero no hay que buscar culpables, sino soluciones, para ver cómo lo podemos hacer mejor la próxima vez», comentó el pívot de los Grizzlies de Memphis, uno de los internacionales en los que debe centrarse ahora la regeneración de España, con un entrenador ya conocido (Scariolo), o nuevo en el cargo, ya que Joan Plaza y Pablo Laso también están en la lista de aspirantes. «Quien venga, vendrá. Nosotros no tenemos la última palabra en la elección de un seleccionador», aseguró el hermano mayor.