España sigue igual

Porque el valor de esta selección es su comportamiento como equipo. Los roles son tan claros y están tan asumidos e interiorizados que tienen más que ver con un club, unido y ligado a base de meses de entrenamientos, que con un equipo nacional con un margen corto y concreto para asimilar sistemas. Más allá de amistades personales y de los años de éxitos con una base estable, el mérito pasa por la ausencia de egoísmos y la claridad para aplicar pocas normas pero muy claras.

La gran regla está más que clara: la fuerza está en el interior. Es tan evidente como necesaria. España cuenta con un poderío bajo los aros que supera a cualquiera de las selecciones que acudirán al Mundial. Ni Estados Unidos se puede comparar con La Roja. Los Gasol y Serge Ibaka pueden dominar partidos desde el poste tanto en ataque como en defensa. Además, la solvencia como suplente de lujo y solucionador de problemas de Felipe Reyes está fuera de toda duda.

La capacidad física y la facilidad para taponar del poste de los Thunder y la intimidación de los hermanos obligan a modificar muchos tiros y a rectificar trayectorias. En la zona rival, el hispano-congoleño es una amenaza cuando el balón vuela por encima del aro y su tiro de media distancia es cada vez más fiable. Los recursos de Marc y Pau abarcan cualquier área por lejana que parezca. Además, su visión de juego facilita la labor y permite tiros cómodos a sus compañeros.

Pruebas exitosas

Los bases y aleros también cuentan. Aprovechar el talento interior no significa desmerecer la calidad de los exteriores. Rudy Fernández, Juan Carlos Navarro, Calderón, Ricky Rubio, Sergio Rodríguez, Llull, Claver y Abrines son incuestionables.

En los amistosos quizás ha faltado más aportación anotadora desde más allá de la línea de tres puntos. No ha sido necesario el acierto desde la larga distancia, pero puede resultar necesario en el Mundial para desatascar partidos y abrir espacios. Sin embargo, en el partido más exigente de la gira, el último ante Argentina, todo funcionó como un reloj, con un mayor equilibrio de fuerzas.

Porque si algo tiene este equipo es capacidad para motivarse ante los grandes rivales y carácter para rendir en los momentos importantes. Cuando la ocasión lo exige, el rendimiento suele ser óptimo y los muchos recursos con los que cuentan salen a la luz a borbotones y con una facilidad desmedida.

Las pruebas han sido todas exitosas. Nadie en la selección espera que sea así a partir del sábado. Eso demuestra también inteligencia y humildad, cualidades imprescindibles para seguir obteniendo éxitos.

España no se ha escondido y ha dejado claro que está preparada. Todo sigue igual. Y que no cambie.