Del éxtasis a la desolación. Un triple de Lobaco en el último suspiro dio el triunfo al Oviedo frente a un Clavijo que lo dejó todo pero no fue suficiente. Una derrota (78-81) que hunde a los riojanos en su lucha por la permanencia ... pero que no debe empañar ni un segundo la entrega de un conjunto que demostró querer seguir en LEB Oro.
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Clavijo
Moreno (11), Peñarroya (2), Txemi Urtasun (3), Nicolau (13) y Tamba (12) –cinco inicial–. Álex Urtasun (3), De Pablo (6), Arbosa, Kolo (20), Torres, Treviño y Knudsen. (8).
78
-
81
Oviedo Alimerka
López (2), Chapela (2), Horton (9), Sanz (1) y Martí (7) –cinco inicial–. Duscak (15), Pérez (8), Stuckman (11), Elisías, Cosialls y Lobaco (26).
Parciales: 14-23, 21-15 (35-38), 26-15 (61-53) y 17-28 (78-81).
Árbitros: Esteve, Munar y Fanés. EWliminado Martí
Le costó arrancar al Rioverde. Tuvo que medirse el equipo riojano a un Oviedo que supo defender intensamente en esos primeros minutos, cosa que no ocurrió en campo contrario, donde los asturianos pudieron tirar con más tranquilidad. Faltaba más orden pero sobre todo intensidad. De esta forma, poco a poco el Alimerka fue abriendo hueco con su juego interior. Y cuando el Clavijo cerró las puertas de adentro, aparecieron en acción Duscak, Pérez y Stuchman para hacer daño desde fuera.
Mientras tanto, al Rioverde le faltaba fluidez. No encontraba respuestas ofensivas el cuadro de Jenaro riojano, que en ese primer cuarto se quedó en los 14 puntos (14-23). Todavía faltaba un mundo y había mucho por mejorar.
Y así fue. En el segundo cuarto el Clavijo se activó. Mejoró defensivamente. Las piernas de los hombres locales no parecían las mismas de los primeros diez minutos de juego y el Oviedo se estancó. Fueron los mejores momentos de los de Jenaro Díaz, con un efectivo Yasin Kolo en el poste bajo, Javi Nicolau encontrando huecos donde no los había y un Tamba tremendamente intenso, tanto en defensa como en ataque. De esta forma, y con un parcial 11-2 a su favor, incluidos triples de Txemi Urtasun y Miguel de Pablo, el Clavijo se volvió a meter en el partido poco antes de llegar al descanso (35-38).
Yasin Kolo igualó las cosas a poco de empezar con un triple. Había ambición en el Clavijo. El lenguaje corporal era otro. Y esas sensaciones las trasladó el Rioverde a la pista y gracias a Kolo, Moreno y Álex Urtasun el equipo riojano se puso a comandar el encuentro por primera vez (48-43), lo que obligó al Oviedo a solicitar un tiempo muerto.
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Emparejaron las cosas otra vez los asturianos, pero el Clavijo llevaba escrita en la frente la palabra 'victoria'. Después de unos minutos de toma y daca, apareció nuevamente en escena Yasin Kolo. El pívot alemán se adueñó de la pintura visitante. Y no solo eso: demostró tener los bemoles para animarse desde fuera. Un triple suyo en el que pareció congelarse el tiempo puso a los suyos 57-53. Pero faltaba lo mejor del tercer cuarto. Cuando más intensa se mostraba la defensa del Clavijo, a pocos segundos para el final Knudsen se sacó un triple de la nada que vino con premio: un tiro extra por falta en el tiro. De esta forma, el Rioverde entró en el último cuarto con una renta de ocho puntos (61-53).
La alegría le duró poco al Clavijo. Stuckman y Lobaco se encendió e igualó las cosas nuevamente a base de triples. El Palacio se metió en el encuentro y empezó a rugir. Pero las piernas ya no eran las mismas; tampoco la mente. El Clavijo empezó a cometer errores no forzados y Stuckman, Lobaco y Duscak se hicieron fuertes desde el exterior y pusieron al Oviedo al frente de la contienda en el último minuto. Pero el Clavijo estaba respondón y Knudsen igualó las cosas (78-78) con otro triple a falta de 31 segundos.
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La defensa local se creció y recuperó el balón. Quedaban siete segundos por delante pero a un hombre de la experiencia de Txemi Urtasun se le escapó el balón. Jenaro Díaz había cantado una jugada y Knudsen cambió de idea, por lo que en el tiempo muerto solicitado por el Oviedo con 2,9 segundos por delante el tirador fue increpado por el técnico del cuadro riojano, que acabó haciendo un gesto a la grada. Algo por lo que pidió disculpas en la rueda de prensa posterior al encuentro. El juego se reanudó, el balón fue a parar a Lobaco que con otro triple cuando sonaba la bocina acabó con las esperanzas del Clavijo y un Palacio entregado. A veces el deporte es demasiado cruel.
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